29/01/2014

Un médico que materializó su vocación trabajando como cartonero y hoy es el máximo referente en intervenciones coronarias de alto riesgo

La historia de José es el testimonio real sobre como un ser humano construye sus sueños haciendo camino al andar

Si bien todos los hombres y mujeres son personas únicas e irremplazables, existen seres que trascienden el tiempo, el espacio y sobre todo el lugar común.
 
La historia de vida de un hombre llamado José Como Birche es uno de esos relatos que quedan en la memoria como símbolo de búsqueda de sentido, motivo de inspiración y ejemplo sobre como la realidad siempre supera a la ficción.
 
José nació en una familia humilde y trabajadora. Para ganarse la vida fue cartonero y jardinero y tenía un sueño: convertirse en médico. Carente de recursos económicos, fue un joven que contó con las fortalezas más impactantes y prolíficas que puede conocer el ser humano para materializar sus esperanzas: la disciplina, la cultura del trabajo y la pasión por la vocación.
 
Su despertar a la medicina nació de lo personal, del dolor y de su capacidad para resignificar la tristeza en salvar vidas. Cuando tenía 19 años encontró a su padre fallecido en la cama ya que su había sufrido un ataque cardíaco. Un marca pasos a tiempo hubiera salvado su vida.
 
Por ese entonces, José se prometió a si mismo rendir tributo a la memoria de su padre convirtiéndose en cardiólogo y así colocaría cientos de marcapasos a quienes no tienen recursos ni posibilidades.
 
El esfuerzo para comenzar a estudiar fue inconmensurable y exhibe como la fuerza de voluntad es el camino para el triunfo de los sueños. Acompañado de un amigo recolectó cartones en la calle, juntó flores en los campos de floricultura en las afueras de La Plata que luego vendía por su barrio y los fines de semana cortaba el césped de sus vecinos.
 
José no conocía otra vocación que la de la cultura del trabajo. Desde los 15 años trabajaba en una fábrica, pero debió renunciar para poder cursar. Tuvo que realizar tres veces el ingreso a la Facultad de Medicina en la Universidad de la Plata ya que durante la última dictadura militar argentina, sólo existían 250 vacantes por año, y recién logró entrar durante el regreso de la democracia
 
Finalmente, obtuvo su vacante y al no tener los recursos necesarios para comprar los libros correspondientes a las distintas materias, José pasaba días y noches copiando a mano el material de estudio. Inclusive recuerda, que durante semanas copió a mano los cuatro tomos del Tratado de Anatomía Humana de L. Testu, con un total de 4.339 páginas.
 
Tras años de convicción y compromiso con su meta, José fue el médico especialista en Cirugía Cardiovascular que siempre soñó. Y no sólo eso, se convirtió en un referente en su disciplina. Fue distinguido por el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, por haber alcanzado un record de 5 mil intervenciones coronarias de alto riesgo en un hospital público.
 
José comenzó como pasante del hospital San Juan de Dios de La Plata y hoy dirige el servicio de Cirugía Cardiovascular de dicha institución, posesionándola como el hospital público con mayor volumen de cirugías cardiovasculares en el país.
De abajo, paso a paso y redoblando el sacrificio esta es la historia de un joven que el día que murió su padre se propuso salvarle el corazón a los humildes.
 
La historia de José es el testimonio real sobre como un ser humano construye sus sueños haciendo camino al andar. El destino no es obra del azar, es producto de aquellas decisiones y esfuerzos que convierten las utopías en trabajos, vocaciones y en este caso, en la grandeza de un hombre que salva vidas para sumar y multiplicar oportunidades.

Por Eugenia Plano

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