27/03/2020

Qué nos enseñan las gallinas sobre el coronavirus y su control

En sanidad animal, la familia de los coronavirus es una vieja conocida. Por ejemplo, causan diarreas en cerdos y terneros. Comparten con los coronavirus humanos su origen relacionado con murciélagos. Aunque se conocen desde 1970, son relativamente recientes frente a los coronavirus causantes de la bronquitis infecciosa de las aves (IBV), que se conocen desde 1930.

Algunas personas escucharon el nombre “coronavirus” por primera vez con la aparición del SARS en 2002 o del MERS en 2012. La mayoría solo lo ha conocido recientemente, con la emergencia de COVID-19, cuyo causante se llama SARS-CoV-2. Estos tres no son los únicos capaces de infectar a personas, pero los demás coronavirus humanos, algunos de los cuales saltaron de animales a personas hace entre 200 y 800 años, suelen causar síntomas muy leves.

Viejos conocidos para los veterinarios

En sanidad animal, la familia de los coronavirus es una vieja conocida. Por ejemplo, causan diarreas en cerdos y terneros. Comparten con los coronavirus humanos su origen relacionado con murciélagos. Aunque se conocen desde 1970, son relativamente recientes frente a los coronavirus causantes de la bronquitis infecciosa de las aves (IBV), que se conocen desde 1930. Estos coronavirus de aves pertenecen al grupo de los gamma-coronavirus, frente a los alfa- y beta-coronavirus que se hallan en personas. Su estudio, y décadas de experiencia en la lucha por su control, brindan información para entender y actuar frente a la actual pandemia.

Cuadros respiratorios leves

El coronavirus de la bronquitis infecciosa de las gallinas tiene una distribución mundial: está allí donde hay gallinas. También se encuentra en faisanes, codornices, perdices y, más recientemente, en muchas especies de aves acuáticas y hasta en loros. Se piensa que las galliformes silvestres, como la codorniz y el faisán, pueden ser el reservorio original del IBV, que después saltó a las gallinas. Tanto las gallinas de puesta cómo las de carne son muy susceptibles a la infección.

Como su nombre indica, la bronquitis infecciosa de las aves causa, solo en en estos animales, una afección respiratoria generalmente leve. También se puede encontrar el virus en el tracto digestivo, los riñones y los ovarios y testículos. Por ello, una infección por coronavirus merma la capacidad de puesta de las aves. De ahí viene su gran impacto sobre la avicultura de puesta, y también la necesidad de su control.

Similitudes epidemiológicas

Una carrera de armas entre virus y virólogos

La vacunación. En pollos jóvenes se aplican primero vacunas vivas atenuadas, que protegen a la vez frente a diferentes variantes (serotipos) del virus, seguidas más tarde de vacunas de recuerdo, en este caso, inactivadas (inertes). Una vacuna atenuada consiste en un virus vivo, capaz de infectar y multiplicarse, pero que ha perdido su capacidad de causar la enfermedad.

Este tipo de vacuna tiene la ventaja de generar una respuesta mucho más fuerte que una vacuna inactivada, pero tiene el inconveniente de que, con el tiempo, el virus puede recombinar con virus “de campo” y generar otro nuevo que escape a la protección vacunal y que requiere el diseño de nuevas vacunas.

Es una carrera de armas entre virus y virólogos.

Esto es lo que hace extremadamente difícil controlar los coronavirus mediante vacunas: su capacidad de recombinación. La respuesta del sistema inmunitario se dirige contra una proteína concreta del virus, que además es la encargada de su rápida transmisión. Cualquier pequeña alteración de esta proteína genera otro serotipo que escapa a las defensas. Por ello, suele ser necesario emplear un conjunto de vacunas frente a diferentes variantes y, aun así, pueden generarse otras nuevas.

Se están investigando otros tipos de vacunas, pero no han llegado a comercializarse hasta la fecha.

La capacidad de los coronavirus aviares para cambiar continuamente es uno de los grandes desafíos en su diagnóstico y control. Por ello, la aplicación conjunta de medidas de bioseguridad basadas en aislamiento, limpieza y desinfección, vigilancia sanitaria activa y vacunación son esenciales para su contención.

Autores: Ursula Höfle, Veterinaria Investigadora en patología aviar y enfermedades infecciosas de aves Grupo SaBio, Universidad de Castilla-La Mancha.
Christian Gortazar, Catedrático de Sanidad Animal en el IREC, responsable del grupo SaBio, Universidad de Castilla-La Mancha.

Fuente: The Conversation

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