06/09/2018

¿Por qué vivir con dolor de cabeza?

Los dolores de cabeza crónicos, están considerados por su frecuencia, una de las causas más importantes de incapacidad.

Características de las cefaleas primarias frecuentes

Migraña

Se trata de un dolor que afecta a un lado u otro de la cabeza aunque no con la misma frecuencia. Las crisis duran entre 2 y 72 hs.

Deben estar presentes al menos dos de las siguientes características:

Y al menos uno de los siguientes síntomas:

Existe una variedad menos frecuente de migraña que es la migraña con aura. En este caso se presentan previos al dolor, síntomas (aura) visuales, sensitivos (habitualmente parestesias, hormigueos) y/o del lenguaje. Cada síntoma dura 5 a 60 minutos y la cefalea aparece durante el aura o dentro de los 60 minutos siguientes.

Cefalea tipo tensión

En este caso el dolor se mantiene entre 30 minutos y 7 días, debe reunir al menos dos de las siguientes características:

No se acompaña de nauseas pero puede existir molestia a la luz o los sonidos.

Cefalea en racimos

Los pacientes presentan un dolor unilateral severo en la región orbitraria, supraorbitraria y/o temporal, que dura de 14 a 180 minutos y se repite con una frecuencia de 1 cada 2 días a 8 ataques diarios.

Además, está presente del lado del dolor al menos uno de los siguientes signos:

Algunos relatan décadas de dolor, y se presentan a la consulta cuando el dolor se transforma en diario o casi diario por la acción del uso y abuso de analgésicos y los comprimidos ya no los alivian. Hablan de sus crisis anteriores como "normales" que cedían con cualquier analgésico y a las actuales como "diferentes" por no responder a ellos.

¿Tenemos que explicar que los "dolores normales" no existen?

Cuando escuchamos al paciente decir que está frente a "su última esperanza", nos sentimos frente a un desafío inmenso. Es nuestra tarea escuchar, contener, comprender, tratar de mejorar y siempre acompañar al paciente para estar a la altura de sus expectativas.

Para cumplir con ese compromiso, contamos actualmente con métodos no farmacológicos y con una buena cantidad de fármacos que en la dosis adecuada y durante el tiempo correspondiente logran grandes mejorías y hasta remisiones totales por largo tiempo.

Afortunadamente, tenemos los medios y la oportunidad. Entonces ¿por qué vivir con dolor?

¿Cuándo consultar?

Los dolores de cabeza crónicos están considerados por su frecuencia una de las causas más importantes de incapacidad. Este impedimento dado por el dolor, está presente en todos los campos debido a que durante la crisis, la persona se ve limitada a realizar su trabajo, atender a su familia, o realizar una actividad social y cuando está libre de ella, le es difícil programar algo ante la incertidumbre de que el dolor se presente y deba renunciar a su proyecto.

Esto lleva a una invalidez social, familiar y laboral comprendida sólo por los afectados, ya que por no ser patologías que conllevan a la invalidez o a la desaparición física del sujeto, no son consideradas "graves", siendo desjerarquizadas por los superiores en el trabajo, muchas veces por la misma familia y en ocasiones por el médico que termina la consulta diciendo: "vas a tener que aprender a vivir con el dolor".

¿Estos prejuicios conllevan al paciente a no consultar "por un simple dolor de cabeza"?

Hay que cambiar de actitud frente a un paciente con cefalea, quien soporta una enfermedad crónica que lo lleva a una mala calidad de vida. Consideremos también que el 30% de los migrañosos adultos empezaron su dolor en la infancia. Difícilmente un niño use a la cefalea como excusa para no ir al colegio, y más difícil es que prefiera quedarse en el aula que jugar en los recreos o ir a dormir sin mirar televisión.

Muchos de los pacientes que llegan al consultorio especializado ya pasaron por varios especialistas: clínicos, oftalmólogos, otorrinolaringólogos y hasta gastroenterólogos, por adjudicar las nauseas y los vómitos que son parte de la crisis migrañosa a un ataque al hígado.

Otros tratan de justificar la aparición del dolor buscando causas. Comienzan a suspender comidas, bebidas, actividad física, etc., sin resultados.

Algunos consejos a tener en cuenta

Dra. María de Lourdes Figuerola
Jefa de la División Neurología
Hospital de Clínicas José de San Martín
Universidad de Buenos Aires (UBA)

Redacción

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