10/02/2015

Paisajes de película

Nueva York según Woody Allen, Nueva Zelanda a través de El Señor de los Anillos, Tokio al ritmo de Bill Murray. Un viaje por aquellos destinos que hemos recorrido gracias al cine.

Imágenes en movimiento. En Roma, puede ser Anita Ekberg bañándose en la Fontana di Trevi en el filme "La dolce vita". Y en Nueva York, Diane Keaton y Woody Allen mirando el puente Queensboro Bridge en "Manhattan". Se dice que el cine es una manera de viajar. La popularidad de ciertas películas, clásicas o modernas, a veces crea en los viajeros una ilusión. Virtualmente, ya conocen Nueva York, París, Roma, Berlín o Bombay, entre muchos otros sitios, como si hubieran estado allí. Y en más de un caso, el viaje consiste en contrastar los escenarios reales con los de una película inolvidable. Aquella ilusión tiene sustento: el cine y el turismo moderno nacieron a finales del siglo XIX, prácticamente juntos.

Desde siempre, el cine quiso mostrar ciudades lejanas, costumbres poco conocidas, restos de antiguas civilizaciones, paisajes exóticos. Claro que era más económico filmar en estudios, por caso, "Casablanca" (1943) se filmó en Hollywood y no en Marruecos, "Gilda" (1946) sucede en una Buenos Aires de fantasía donde se luce Rita Hayworth. Sólo a partir de la década de 1950, con cámaras y tecnologías más avanzadas, fue posible filmar largometrajes de ficción en escenarios antes inaccesibles. Hoy, cuando el mundo parece una aldea global, el cine sigue contando historias en las ciudades. Por eso, en una lista que no pretende ser definitiva, aquí están algunas ciudades de ayer y de hoy.

Río de Janeiro / Brasil

Los brasileños dicen "Dios hizo el mundo en seis días y dedicó el séptimo a Río", ciudad escenográfica como pocas, con las playas de Copacabana e Ipanema frente a la bahía de Guanabara. Esos escenarios, incluyendo al Pan de Azúcar, el Corcovado y el estadio Maracaná, son el eje de "Río 40 grados" (1955) de Nelson Pereira dos Santos, casi un documental que inaugura el "cinema novo" brasileño siguiendo a dos chicos que venden maníes en los sitios clave de la ciudad. El espléndido Copacabana Palace Hotel sigue ahí, frente a la avenida Atlántica, como en la época en que Fred Astaire y Ginger Rogers bailaban en sus salones en "Volando a Río" (1933). "Tristeza nao tem fim, felicidade sim", escribió Tom Jobim en la canción más famosa de "Orfeo negro" (1959), filme que difundió mundialmente la música de la Bossa Nova y los rituales del Carnaval de Río, inspirándose en una obra de Vinicius de Moraes que situaba el mito griego de Orfeo entre las favelas y las escolas do samba. La estación ferroviaria central de Río, donde la actriz Fernanda Montenegro interpreta a una docente que se gana la vida escribiendo cartas, es el eje de "Estación Central" (1998), de Walter Salles. Y una favela que existe en la zona oeste de Río, Ciudad de Dios, dio en 2002 el título para la famosa película de Fernando Meirelles. La imagen de Brasil viene de Río, que en 2015 cumple 450 años de vida y está dispuesta a celebrarlo.

París / Francia

Probablemente sea la ciudad más fotografiada de la historia del cine desde que, en 1895, en el Salon Indien del Grand Cafe -en el hotel Scribe, que aún existe y está en el Boulevard des Capucines- los hermanos Lumiére proyectaron sus primeras películas. Los más jóvenes la habrán descubierto en "Amelie" (2001), con el paseo por Montmartre que hacía Audrey Tautou, la protagonista, andando por la Rue Lepic: allí sigue el Cafe des Deux Molins donde ella trabajaba, no muy lejos de la Maison Collignon, donde compraba frutas y verduras. En verdad, cada viajero puede armar su propia ciudad y esto es lo que revelaba Woody Allen en "Medianoche en París" (2011) al mostrar la ciudad vanguardista de la década de 1920 y remontarse luego a la Belle Epoque, con una escala en el Museo Rodin o en el restaurante Maxim's. Fotogénica en sitios como la avenida Champs Elysées, la Place de la Concorde, la Gare de Lyon, el Museo del Louvre, los jardines de las Tullerías, la torre Eiffel o el viejo edificio de la Opera, París es infinita. Si el cine hace posible los saltos en el tiempo, aquí van algunos ejemplos. Jean Paul Belmondo en la piel de un ladrón, cerca del Arco del Triunfo en "Sin aliento" (1960), la obra clave de Jean Luc Godard. Marlon Brando y María Schneider encontrándose frente al número 1 de la Rue Jules Verne, cerca de la estación de subte de Passy, en "Ultimo tango en París" (1972) de Bernardo Bertolucci. Caminar hoy bajo el puente de Bir Hakeim, en Passy, invita a recordar la música del Gato Barbieri en aquella película.

Pero también están las imágenes del noticiero del 22 de junio de 1940 con el desfile de las tropas alemanas victoriosas por la avenida Champs Elysées en "¿Arde París?"(1966), un clásico de René Clement que muestra los días de la liberación en 1944. Por eso, vale detenerse en el barrio de Saint Germain des Pres ante el edificio del viejo Hotel Lutetia, en el Boulevard Raspail, donde estuvo la sede de los espías alemanes. Algunos opinan que el café Les Deux Magots -también en Saint Germain des Pres- es sólo para turistas. Y lo mismo dicen de la estación Porte des Lilas-Cinema, donde se han filmado tantas películas con el "metro" parisino como personaje, por caso, "El último subte" (1980), de Truffaut. Pero todos estos sitios de París, en realidad, parecen haber nacido mágicamente para el cine.

La Habana / Cuba

"Vivimos en una de las ciudades más hermosas del mundo", decía el actor Jorge Perogurria en una escena de "Fresa y Chocolate" (1994), filme del gran cineasta cubano Tomás Gutierréz Alea. Allí está el Malecón, la Plaza de Armas, la heladería Coppelia en el barrio El Vedado. Hoy, uno de los restaurantes más concurridos de la ciudad, La Guarida, fue el escenario real de la casa donde vivía Diego, personaje central del filme.

El escritor Ernest Hemingway vivió en La Habana entre los años 1939 y 1960. Aquí escribió "El viejo y el mar", entre otros relatos. Su casa, "Finca Vigía", es un museo en las afueras. El mismo Gutiérrez Alea lo mostró en 1968 en "Memorias del subdesarrollo", ante turistas fascinados por la actriz Daisy Granados.

Tal vez el alemán Wim Wenders logró en "Buena Vista Social Club" (1999) la imagen más emblemática de La Habana Vieja y su música tradicional. Esa que aún brilla en el cabaret "Tropicana" o también, para los amantes del bolero, en "Dos gardenias". Los viejos coches estadounidenses de la década de 1950 y la silueta del Hotel Nacional reaparecen en "Siete días en La Habana" (2012), un filme en episodios que repasa con lucidez la vida cotidiana.

Nueva York / Estados Unidos

Antes de que el alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani le cambiara la cara a la ciudad, Martin Scorsese filmó "Taxi Driver" (1976) con aquella escena donde Robert De Niro hace planes de revancha personal en Columbus Circle, no muy lejos del Lincoln Center. Poco después, en 1977, John Travolta en "Fiebre de sábado a la noche" bailaba en una discoteca de Bay Ridge, un humilde barrio de Brooklyn donde aún se conservan los escenarios originales del filme: la pizzería "Lenny's" y la casa de Tony Manero -el personaje de Travolta- en el número 221 de la calle 79. Si bien fue demolido el reino de Manero, la discoteca Odissey, sigue en pie el puente Verrazano: era el sitio donde Travolta simulaba caerse al agua.

En 1979 Woody Allen recreaba en "Manhattan" la ciudad de sus sueños, con tomas donde aparece el Central Park, el Museo Guggenheim y el icónico restaurante Russian Tea Room. En 1987, Oliver Stone describía el distrito financiero en "Wall Street", con escenas en la Bolsa de Nueva York, el Battery Park -un gran parque público en el sur de Manhattan- además del restaurante "21 Club", donde comían Michael Douglas y Charlie Sheen, los protagonistas del filme. Todo eso sigue allí, aunque no las torres gemelas del World Trade Center por donde trepaba un mono gigantesco enamorado de Jessica Lange, en la remake de "King Kong" filmada en 1976. Los cinco distritos de Nueva York -el Bronx, Queens, Brooklyn, Staten Island y Manhattan- son decididamente cinematográficos y es por eso que existen agencias especializadas -como On Location Tours (www.onlocationtours.com)- que proponen recorrer la ciudad en busca de los sitios donde se han filmado series y películas famosas. Hay itinerarios diseñados para los entusiastas del cine clásico y para los devotos de las series de televisión, como "Los Soprano", "Mad Men" y "Sex and the City".

Queenstown / Nueva Zelanda

Para los seguidores de las películas de Peter Jackson inspiradas en la saga de Tolkien, "El señor de los Anillos", la pequeña ciudad de Queenstown -ubicada en la región de Otago, en la isla más sureña de Nueva Zelanda- es todo un destino. Situada en la tierra de los maoríes, entre montañas que le dan un toque alpino a orillas del lago Wakatipu, Queenstown nació con la fiebre del oro en 1860 que transformó a los colonos ingleses: eran criadores de ovejas y pasaron a ser mineros. Hoy es la capital neozelandesa del turismo de aventura, pero habrá quien disfrute de un paseo por los viñedos cercanos, un viaje en el vapor "Earnslaw" por el lago o un paseo por la costanera, para ver las huellas de los primeros colonizadores, como William's Cottage o la iglesia anglicana Saint Peter. Esquí, paracaidismo, mountain bike, cabalgatas, paseos en helicóptero y globo, son algunas de las propuestas más populares en Queenstown, además de excursiones a pueblos cercanos como Arrowtown, Glenorchy o Cromwell. Muchos eligen Central Otago para ver los paisajes que fueron escenario de la "Tierra Media" en las películas inspiradas en Tolkien. Los guías indican el sitio de las batallas y escenas fundamentales.

Otro lugar imperdible es Hobbiton Movie Sets, el estudio de filmación, atrae a los entusiastas que quieren ver las madrigueras de los Hobbits, el Arbol de la Fiesta, la taberna Green Dragon y los senderos de La Comarca.

Estambul / Turquía

El cineasta Fatih Akin, creador de una gran historia de amor, "Contra la pared" (2004), ha dicho que Estambul le recuerda a la antigua Babilonia, "un lugar repleto de contradicciones". Tal vez porque Estambul es la puerta que une a Europa con Asia, o porque a lo largo de dos mil años fue la capital de tres imperios: romano, bizantino y otomano. Todo eso se siente al andar por las calles del viejo barrio de Sultanahmet, o al visitar la inmensa Mezquita Azul, la basílica de Santa Sofía, el palacio de Topkapi y el Gran Bazar. Todos ellos han sido escenarios cinematográficos. Sean Connery en "De Rusia con amor" (1963), era el joven espía James Bond que se paseaba por Santa Sofía aventurándose luego debajo de las Cisternas (Yerebatan Sarnici, en turco), una red de depósitos subterrános sostenidos por columnas griegas, donde se conservaba el agua potable en la época de Bizancio.

Entre los turistas asombrados por el esplendor de la joyas que se exhiben en el palacio de Topkapi, más de uno creerá ver a Peter Ustinov y Melina Mercouri en "Topkapi" (1964), aquella comedia dirigida por Jules Dassin con toques policiales donde una banda de ladrones, sin suerte, quería robar los tesoros allí guardados. Y sí, hay mucho más para ver en Estambul, desde el sarcófago de Alejandro Magno -está en el Museo de Arqueología- hasta el sencillo placer de vagabundear por el viejo barrio de Pera y tomar un café a la turca.

Ciudad del Cabo / Sudáfrica

La prisión de Robben Island donde Nelson Mandela estuvo preso durante años, hoy es un sitio turístico que muchos identificarán en un filme de Clint Eastwood, "Invictus" (2009), con Morgan Freeman en el rol central. El ferry que va hacia Robben Island sale de un paseo marítimo muy frecuentado, el Victoria & Albert Waterfront, que es el viejo puerto de 1860 con su torre del reloj, restaurantes y cientos de negocios, además de un acuario. Desde allí hay una gran vista al océano Atlántico y a otro emblema de Ciudad del Cabo, la meseta de Table Mountain -se accede por cablecarril- que es parte de un parque nacional. Hacia el sur de la ciudad, Constantia Valley es el camino de los buenos viñedos sudafricanos y la arquitectura patrimonial, que data de la época de la colonización holandesa en el siglo XVII.

Bombay / India

Ruidosa, espiritual, capital de la industria del cine en la India, moderna entre las torres del boulevard Marine Drive, multicultural en el mercado Mahatma Jyotiba Phule, todo eso es Bombay, la gran ciudad del Estado de Maharashtra. Los cinéfilos saben que en Goregaon, un barrio de clase media de Bombay, pueden visitarse los célebres estudios cinematográficos de Film City y Filmistan, donde se filman la mayoría de las producciones del país. De allí salió la cineasta Mira Nair, que en "Salaam Bombay" (1988) mostró los abismos de riqueza y pobreza de la ciudad, filmando en sitios cercanos a Grant Road, una de las zonas más antiguas de Bombay, con mucha arquitectura inglesa del siglo XIX, tiendas y templos del culto persa de Zoroastro.

Por cierto, Bombay es inabarcable, pero vale darse una vuelta por la antigua Victoria Station construida por los ingleses en 1888. Allí sucedía la escena final de "¿Quién quiere ser millonario?" (2008, "Slumdog millionaire") con los protagonistas bailando en los andenes. La arquitectura de la época colonial británica sobrevive en monumentos como la Puerta de la India -un arco de piedra que recuerda la visita de los reyes ingleses en 1911- desde donde salen los barcos para Elephanta Island y otras playas cercanas.

Bombay abunda en santuarios, desde la gran pagoda budista de Vipassana hasta el Prince of Wales Museum, con su notable colección de arte e historia de la India. "A veces, el tren equivocado te lleva a la estación correcta", dice uno de los personajes de "Amor a la carta" (2013,"The lunchbox"), el filme de Ritesh Batra que emociona con la historia de amor entre un viudo y una ama de casa. A partir de un equívoco en el famoso sistema de envíos de comida a domicilio -los Dabbawala de Bombay, que llevan las viandas en bicicleta- Batra mostró la vida cotidiana de esta gran ciudad.

Roma / Italia

Un turista asiático, probablemente extasiado ante la vista de Roma desde las alturas de la colina del Gianicolo -en el barrio de Trastevere- se desmaya y muere, a pocos metros de la barroca Fontana dell'Acqua Paola, en un día de verano. Eso pasa al inicio de "La gran belleza" (2013), el filme de Paolo Sorrentino que -además de volver sobre temas caros a Fellini- es un emocionante paseo por Roma. Aquí están retratadas las Termas de Caracalla, el acueducto Aqua Claudia, el jardín de las Niobides en la Villa Medici y el templete de San Pietro in Montorio, obra decisiva en la arquitectura clasicista del Renacimiento. También está la Piazza Navona, además de palacios como el Spada o el Doria Pamphili. El protagonista del filme, interpretado por Toni Servillo, se sienta al pie de la estatua de Marforio -está en el afiche de la película- que sigue allí, en los Museos Capitolinos.

Como decía Federico Fellini, Roma "no necesita producir cultura, es cultura: clásica, etrusca, renacentista, barroca, moderna. Cada rincón de Roma es un capítulo en una imaginaria historia universal de la cultura". De todo eso han hablado las imágenes de películas inolvidables. Por caso: la Via Margutta en "La princesa que quería vivir" (1953). El famoso Panteón y la Piazza della Rotonda en "El vientre del arquitecto" (1987). El mercado de bicicletas que aún existe en Porta Portese, en "Ladrones de bicicletas" (1948). La elegante Via Veneto en "La dolce vita" (1960). El barrio EUR construido por orden de Mussolini hacia 1935 en las afueras, retratado por Antonioni en "El eclipse" (1962). Es que en Roma la cultura no es un dato, está en las calles.

Londres / Inglaterra

Las cabinas telefónicas rojas, los ómnibus de doble piso, la Torre de Londres y el reloj Big Ben aparecen en "El código Da Vinci" (2006) y en otra aventura de James Bond, "Skyfall" (2012), entre muchas otras películas. Pero los lectores de la saga de Harry Potter saben que el tren Hogwarts Express sale de la estación King's Cross de Londres, ya que la magia espera tras la pared donde se anuncia la plataforma "9 y 3/4". Quienes vieron el filme "Harry Potter y la piedra filosofal" (2001) reconocerán escenas filmadas en Leadenhall Market, un gran mercado de la era victoriana.

Los beatlemaníacos saben que la estación ferroviaria de Paddington merece una visita: fue allí donde los Beatles escapaban en tren de sus fanáticos en "A Hard Day's Night" (1964), la comedia musical de Richard Lester. Más raro es caminar por Thamesmead, en el sur de Londres, donde Kubrick filmó "La naranja mecánica" (1971) en sitios casi futuristas como Tavy Bridge Centre y Southmere Lake.

No muy lejos, en Charlton -en el barrio de Greenwich- el fotógrafo interpretado por David Hemmings hacía las extrañas fotos de "Blow Up" (1966) en el Maryon Park, una plaza que conserva las canchas de tenis que aparecen en el filme. Aunque el viejo mercado de frutas y verduras de Covent Garden es hoy una zona elegante de pubs y negocios, fue allí donde Hitchcock ambientó una de sus obras maestras, "Frenesí" (1972). De aquellos tiempos aún se conserva la casa del villano del filme -en 3 Henrietta Street- así como el pub The Globe, en Bow Street, donde trabajaba su víctima. Portobello Road es el escenario de "Notting Hill" (1999) -la amable comedia donde se lucía Hugh Grant- y desde ya, un paseo imperdible en Londres para comprar antigüedades.

Berlín / Alemania

Se dice que la memoria europea del siglo XX está en cada rincón de esta ciudad. Para el caso, la fuente de Neptuno y la Alexanderplatz, filmadas por Rossellini en "Alemania año cero" (1948), cuando todo estaba en ruinas. O el escenario del teatro Volksbühne que desde 1914 está en la Rosa Luxemburg Platz, retratado en la película "La vida de los otros" (2006). En ese filme también se veía la Stasi Zentrale, hoy un museo que evoca a la policía secreta de Alemania Oriental.

El ángel dorado en la punta de la Siegessaule, la "columna de la victoria" inaugurada en 1874 para celebrar los triunfos prusianos en el parque Tiergarten, es el sitio donde anidan los dos ángeles de "Las alas del deseo" (1987), de Wim Wenders. Enamorado de una artista de circo, el ángel interpretado por Bruno Ganz en aquel filme decide quedarse en tierra y pasearse ante el Muro de Berlín, oír los pensamientos de la gente en la Biblioteca Nacional, pasear por la avenida Kurfürstendamm o ver la Kaiser Wilhelm Gedachtniskirche, iglesia que recuerda las ruinas de la última guerra mundial.

En la comedia nostálgica "Good Bye, Lenin" (2003) de Wolfgang Becker, la avenida Karl Marx Allee es el sitio clave -con los típicos edificios de departamentos prefabricados, los Plattenbauten- en lo que era Berlín Oriental, cerca de la Alexanderplatz.

Tokio / Japón

Como una postal del futuro, la capital de Japón reluce en el neón de los edificios futuristas de Ginza, en la esquina de Chuo y Harumi Dori. También en la Torre de Tokio, símbolo del renacimiento urbano de posguerra, vista desde el parque Shiba. O en las hojas doradas de los árboles ginkgo biloba, en el parque Meiji Jingu Gaien. Pero la foto, para algunos, es el cruce peatonal de la estación Shibuya por donde vagaba Scarlett Johansson en "Perdidos en Tokio" (2003), además del hotel Park Hyatt donde se refugiaba Bill Murray en aquella película. Cada año, veinte millones de turistas llegan a Tokio. Entre ellos estuvo el mexicano Alejandro González Iñárritu, que en "Babel" (2006) retrató a Tokio con los jóvenes que frecuentan el "J-Pop Cafe", también en Shibuya. Los memoriosos recordarán "Solo se vive dos veces" (1967), aquel filme donde James Bond se paseaba por el parque Yoyogi, donde está el santuario Meiji dedicado al emperador japonés Mutsuhito, que reinó entre los años 1868 y 1912. Claro que hay otras miradas sobre la ciudad, como "Tokyo Story" (1953), un clásico del cine japonés filmado por Yasujiro Ozu, con imágenes de la vida cotidiana en la inmediata posguerra: aún está en pie el murallón costanero sobre el mar en Atami, un balneario popular cercano a Tokio, donde paran los personajes clave. Otro clásico surgió del agua en plena bahía de Tokio, "Godzilla" (1954), el monstruo imaginado por el cineasta Ishiro Honda que destruía la ciudad recordándoles a todos el terror atómico. Es que Tokio se define no sólo por los edificios y las calles, también por las memorias.

Por Eduardo Pogoriles / www.todoviajes.com

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