01/05/2013

Naturaleza, cultura e historia por los senderos de la Huella Guaraní

Su historia en la provincia de Misiones comienza a contarse hace 3.000 años atrás. Su mítica y legendaria cultura ha construido la identidad de un pueblo signado por la sabiduría de una comunidad que ha respetado y honrado su tierra

La etnia guaraní es un antiguo pueblo selvático de raíces amazónicas que hoy cuenta con 74 comunidades, concentradas en la Reserva Yabotí, ubicada en la selva Paranaense. En tiempos de hiper comunicación y globalización, este pueblo todavía conserva sus bases culturales, religiosas, sociales y económicas.

La comunión con la tierra que los vio nacer y desarrollarse sigue siendo su principal fuente para crecer, curarse, educarse y ganarse la vida. De ella obtienen sus alimentos, plantas medicinales y materiales para construir sus hogares.

Su identidad podría sinterizarse además en su característico y tradicional saludo: “aguyjevete”, que se define en el deseo de lograr y conjugar el bienestar físico y espiritual. Esta palabra se encuentra acompañada por la elevación de las manos sobre los hombros como una simbología que alude a la búsqueda del lo trascendental en un unión entre el cielo y la tierra.

Conocer la cultura guaranítica argentina no sólo implica el aprendizaje antropológico e histórico de las comunidades autóctonas, además significa poder comprender acabadamente un modo de vivir, sentir y pensar cuya riqueza intelectual y espiritual es inconmensurable. La posibilidad de conocer a la comunidad guaraní es una oportunidad única y posible.

Tras los pasos de la cultura guaraní

A partir de un circuito etno turístico, lanzado por la subsecretaría de Ecoturismo de la gobernación de la provincia de Misiones, hoy se pude acceder a un recorrido que abarca tres de las áreas claves de la cultura guaranítica argentina: la Reserva Natural y Cultural de Papel Misionero, la Reserva Guaraní y la Caá Yary. Bajo el nombre “El sendero de la Huella Guaraní” el camino abarca la ruta provincial 15 y reúne unos 60 kilómetros de recorrido, de los cuales 32 se encuentran comprendidos por paisajes selvático vírgenes en donde se puede acceder a las comunidades originarias como las aldeas y las colonias rurales de Fracrán y Colonia La Flo.

Además del intercambio cultural y social entre los turistas y los pueblos guaraníes, uno de los principales objetivos de este circuito es potenciar la cooperación territorial. La idea es motivar y estimular el aporte de recursos económicos y humanos para la capacitación, conservación de los espacios naturales y alentar a la biodiversidad y a la conservación ecoturística del medio ambiente.

Cada uno de estos preceptos se sustentan fundamentalmente en el respeto, la comprensión y el aprendizaje de los valores y la cultura de las comunidades originarias. Uno de los máximos íconos de la ruta guaraní se encuentra conformado por la visita a las Ruinas Jesuíticas, en dónde jesuitas y guaraníes convivieron en la provincia de Misiones entre el siglo XVII y mediados del XVIII. El circuito conformado por las imponentes construcciones San Ignacio Miní, Santa María La Mayor, Santa Ana y Nuestra Señora de Loreto, fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1984 por ser “una experiencia económica y socio-cultural sin precedentes en la historia de los pueblos”.

Las Ruinas Jesuíticas se establecieron en la Argentina durante la primera mitad del siglo XVII y formaron parte de los 33 pueblos que componían la antigua Provincia Jesuítica del Paraguay. La reducción que se destaca por su mayor riqueza cultural y estado de conservación es San Ignacio Miní. Construida en 1696 fue el escenario del éxodo de 12 mil guaraníes que huyeron de la esclavización, liderados por el sacerdote de la Compañía de Jesús, Antonio Ruiz de Montoya, quien luchó por la paz y la liberación de la comunidad hasta sus últimos días y se convirtió en una de las máximas figuras honradas por los pueblos originarios.

El Museo Jesuítico refleja la riqueza de este pueblo a través de piezas y objetos originales de la época, que fueron hallados durante la restauración realizada en la zona entre 1940 y 1950. Seguir los pasos de la comunidad guaraní significa comprender a un pueblo que trasciende su propio sentido y hoy resignifica sus huellas en una realidad que convoca a un mayor nivel de cuidado y compromiso con lo espiritual, la naturaleza y la cooperación entre distintas culturas.

Naturaleza, cultura e historia por los senderos de la Huella Guaraní   Su historia en la provincia de Misiones comienza a contarse hace 3.000 años atrás. Su mítica y legendaria cultura ha construido la identidad de un pueblo signado por la sabiduría de una comunidad que ha respetado y honrado su tierra.

Redacción

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