26/07/2018
Los 5 tipos de creatividad
El simple hecho de cocinar, o comprar un regalo para alguien, o dibujar, o enviar un mensaje, ya es algo creativo en sí mismo.
Hay una consigna que a veces formulo en charlas y conferencias: “Por favor, levanten la mano las personas creativas”. Tímidas, al principio se alzan unas pocas. Lo interesante del caso no es la cantidad, sino la auto valoración de la inmensa mayoría como personas que carecen de creatividad.
Debes saberlo: todas las personas son creativas por naturaleza, si bien puede haber diferencias en la forma en que lo manifiestan en el mundo. El simple hecho de cocinar, o comprar un regalo para alguien, o dibujar, o enviar un mensaje, ya es algo creativo en sí mismo.
5 tipos de creatividad
Desde un punto de vista estructural humano, las neurociencias han caracterizado cinco tipos de creatividad, ordenados aquí desde lo que parece más sencillo y masivo, hasta lo más complejo.
Conociéndolos, podrás determinar a qué grupo prevaleciente perteneces, y aprenderás a observarte para ir moviéndote, si te interesa, hacia otros escalones creativos.
- Creatividad Mimética. “Conectar los puntos”, decía Steve Jobs, el fundador de Apple. En este caso, conectar dos cosas aparentemente disímiles, aunque posibles de combinar para obtener algo nuevo. La mimética es tomar la experiencia de un campo y aplicarla en otro para conformar una nueva expresión creativa.
- Creatividad Biasociativa. La mente tiene la capacidad de relacionar varias ideas al mismo tiempo (hacer sinapsis en las neuronas), y allí suele surgir el momento de revelación, muchas veces llamado ¡Eureka!. Por ejemplo, técnicas como el brainstorming (tormenta de ideas) permiten estimular estas bi-asociaciones entre dos o más cosas, y configurar algo diferente. En general, se necesitan aquí tres condiciones: fluidez (muchas ideas sin pulir que esforzarse en tener una “buena”); flexibilidad (para mover las ideas tantas veces como sea necesario hasta encontrar la acción apropiada) y flujo (necesitamos un marco de relax y de cuidado de la energía para crear; bajo presión las personas suelen estar más trabadas).
- Creatividad Analógica. Aquí utilizarás analogías para encontrar las semejanzas entre cosas distintas; luego, transferirás la información que entiendes que puede servir de un área, para que sea útil en otra, y así, resolver un problema o crear algo nuevo.
- Creatividad Narrativa. Como su nombre sugiere, se trata de contar historias; desarmarlas y volver a relatarlas desde miradas diferentes. Este proceso de deconstrucción y reconstrucción podrá darte una alquimia muy interesante para analizar las cosas desde diferentes perspectivas, y así, crear algo nuevo.
- Creatividad Intuitiva. Aquí es donde el proceso creativo se vuelve grande y de mucho mayor vuelo. La intuición es un canal, un puente, una puerta que abre un universo de ideas inconexas, que, si las sabes combinar y te dejas guiar por tu sexto sentido (o el olfato, o las corazonadas, como se dice habitualmente), pueden surgir cosas maravillosas. Para estimularla es importante aplicar recursos y técnicas para “invitar” a la intuición a que trabaje contigo. Meditar, mindfulness, desconexión consciente del problema para retomarlo luego, te pueden ayudar.
Recuerda que el cerebro tiene neuroplasticidad, el recurso más maravilloso que puedas imaginar: es posible entrenarlo, expandirlo y llevarlo más allá de lo que conoces hasta ahora, tan sólo con estimularlo convenientemente.
Daniel Colombo
Master Coach especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; autor de 21 libros, comunicador profesional.
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Por Daniel Colombo | @danielcolombopr
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