25/06/2011

Las nuevas familias

Según un estudio realizado por la compañía 20th Century Fox Home Entertainment el 29 por ciento de la población adopta nuevos modelos familiares. La investigación analiza los últimos diez años y mientras un 71 por ciento conserva el modelo tradicional, el 9,09% son monoparentales con padres divorciados o separados; el 6,32% son parejas sin hijos y sólo el 1,38% son homoparentales ¿Cómo son las nuevas familias?

Aquella familia numerosa en la que el orden patriarcal era indiscutible y la disciplina era de carácter verticalista, hoy en día es sólo una anécdota de allá lejos y hace tiempo. No sólo existen nuevos modelos familiares sino que la manera para vincularse también ha cambiado radicalmente. La familia posmoderna ya no es aquella en la cual la orden era impartido por la figura del padre y el acatamiento generalizado era la regla, hoy hasta en el grupo familiar más conservador las decisiones se toman en conjunto y el cuestionamiento de los hijos sobre las normas es una constante en todo hogar.

¿Cómo se podría definir a estas nuevas familias?

Según un estudio realizado por la cátedra de Sociología de la Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, los nuevos vínculos familiares se destacan por "una creciente inestabilidad, la disminución de hijos por cada pareja, la resistencia generalizada a formalizar las uniones, la convivencia bajo el mismo techo de hijos de diferentes relaciones y muchas veces de distintas generaciones".

La investigación destaca el nacimiento de una "nueva cultura afectiva", protagonizada por las nuevas generaciones que se destacan por mantener vínculos un tanto más inestables o casuales en lo que se refiere a la pareja.Ante los sucesivos cambios en la estructura tradicional , muchos creen ver una crisis de valores y el peligro de la familia como institución fundamental de la vida social. Pero, ¿es verdaderamente una crisis o bien en la actualidad hay mayores posibilidades de libertad tanto en la elección de vínculos como en el deseo de la familia que se quiere conformar?

La Dra. Deborah Fleischer, autora de "Clínica de las transformaciones familiares" afirma que se habla de crisis desde un ideal anterior. Es decir la caída de la autoridad patriarcal no es la causa de una crisis de valores sino más bien son otras las variables las que entran en juego. "Los acontecimientos que convirtieron a la familia en su modelo actual - explica- son tres: la función de organizar la convivencia, la sexualidad y la procreación. No hay crisis como tal, lo que hay son transformaciones que nos enseñarán configuraciones inéditas de los lazos familiares."

Pero, el nuevo modelo sí encuentra falencias en algunos aspectos. La autora de "Clínica de las transformaciones familiares" destaca que los portavoces de la crisis familiar son los adolescentes. Ellos son quienes reprochan a sus padres que ocupan demasiado tiempo en las actividades laborales, y ya no les queda tiempo para la comunicación con ellos o bien, en algunos casos, los adultos quieren imitarlos vistiéndose y actuando cómo adolescentes. "Muchas veces son los hijos los que denuncian claramente la falta de límites de sus propios padres", afirma.

En dicotomía con el modelo anterior, en las nuevas familias se opta por dar una libertad desmedida a los hijos. La consecuencia de la falta de límites resulta en constantes llamados de atención de los hijos que en casos extremos puede desencadenar adicciones, desornes alimentarios o patologías de la salud mental.

Un estudio realizado por la Sociedad Argentina de Terapia Familiar (SATF), confirma esta tendencia. Su responsable, María Esther De Palma, presidenta de la SATF, arriba como conclusión que "los chicos están demandando reglas del juego más claras. Hay una gran crisis con la figura de autoridad que deberían representar los adultos".

Entonces, en un mundo en el cual hay mayor libertad para elegir con quien y cómo formar una familia, la crisis no está en la estructura antigua o moderna en sí misma sino en los valores o directamente, en la ausencia de ellos.

Las nuevas familias han incorporado una mayor autenticidad a la hora de elegir los vínculos y relacionarse. Pero si a la libertad se le suma la indiferencia en la crianza de los hijos, ya deja de ser libertad para convertirse en descuido.

Redacción

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