26/01/2019

Julen, el hijo de todos

Los rescatistas encontraron el cuerpo de Julen Roselló, el niño que hace doce días cayó en un pozo en la localidad malagueña de Totalán, España. Fue luego de haber excavado la totalidad de la galería horizontal por la que llegaron hasta el menor ,que estaba atrapado a más de 70 metros de profundidad.

Tras más de 24 horas de excavación ininterrumpida, los mineros avanzaron los poco más de 3 metros que les faltaban. No obstante, los últimos centímetros fueron muy difíciles, ya que los expertos encontraron cuarcita, uno de los minerales más duros del mundo, lo que los obligó a realizar la cuarta minivoladura consecutiva que retrasó el operativo.

Así, estos días ha habido efectivos de la Guardia Civil de diversas unidades, como del equipo de montaña, unidades de la localidad de Vélez-Málaga, del Seprona, de Actividades Subacuáticas, Tedax.

Así como administraciones como el Gobierno central, la Junta de Andalucía, la Diputación malagueña y los ayuntamientos de Totalán y Málaga y organismos dependientes de las mismas como 112 Andalucía, el Consorcio Provincial de Bomberos y de la capital.

El operativo de rescate de Julen, el niño del pozo en Málaga - Foto: La Vanguardia

También han estado participando en el rescate profesionales de distintos sectores, como del Colegio de Ingenieros y Caminos de Málaga, de Minas, así como las empresas Expoa, Actua, Civiliza, Cemosa, Rodio, Narval Ingeniería, OHL y la empresa sueca SPT (Stockholm Precision Tools), encargada de geolocalizar a los 33 mineros chilenos que fueron rescatados en el año 2010.

A falta de lo que diga ahora la autopsia, que informará del momento del fallecimiento y las causas, Julen Roselló, un niño de dos años vecino del barrio de El Palo (Málaga), murió en una finca de Totalán al caerse el domingo 13 de enero a un pozo de 113 metros de profundidad y unos 25 centímetros de diámetro, sepultado por un enorme tapón de tierra que dificultó su rescate al punto de que hubo que hacer de urgencia una obra de ingeniería civil con la esperanza de rescatar al niño con vida.

Sus padres, José Roselló y Victoria García, que perdieron en 2017 a otro hijo de tres años por un infarto repentino, declararon a la Guardia Civil que se encontraban ese domingo en la finca de un familiar cuando el niño, corriendo por el monte, cayó en un pozo construido un mes antes para buscar agua.

Los padres de Julen, que han recibido apoyo psicológico durante el tiempo en que los equipos de rescate han estado buscando a su hijo, han sufrido una fuerte tensión que ha hecho que José Roselló, padre del pequeño, tuviera que ser atendido por los servicios sanitarios antes del desenlace del rescate debido a un ataque de ansiedad.

"Toda España se suma a la tristeza infinita de la familia de Julen. Siempre agradeceremos el incansable esfuerzo de quienes lo buscaron durante todos estos días", escribía también en sus redes sociales el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Cuando se pierde un hijo se invierte el orden biológico. Lo más duro que le puede pasar a un ser humano es la pérdida de un hijo porque se trastoca la lógica biológica. Las madres no deben enterrar a sus hijos, no es lógico ni normal. Pero cuando sucede, uno no sabe qué hacer, todo se va patas arriba, porque no solamente se pierde el afecto que un hijo nos da, sino que se pierde también el que uno quería darle. El tiempo que uno tenía destinado para amarlo y cuidarlo. Creo que eso es lo más difícil del proceso de duelo. Se trata de un reacomodamiento, en todos los sentidos, de la vida familiar y personal. No es fácil. Se sufre muchísimo. Nunca se olvida.

Por Omar Romano

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