13/04/2025
Ni el fuego de 2019 pudo ocultarlo: el inesperado hallazgo que cambió la historia de Notre Dame
El tesoro que descubrieron en Notre Dame permaneció oculto por siglos hasta que el fuego lo sacó a la luz. Un hallazgo que reescribe la historia.
El tesoro que descubrieron en Notre Dame: una joya medieval que el fuego reveló bajo sus cimientos
Seis años después del devastador incendio que sacudió a la Catedral de Notre Dame, uno de los símbolos más importantes de París, un grupo de arqueólogos dio con un hallazgo inesperado: un tesoro oculto bajo el suelo de la iglesia. Lo que parecía una tragedia arquitectónica, terminó siendo la clave para descubrir una de las piezas religiosas más delicadas y antiguas de Europa.
El tesoro hallado en Notre Dame que conmovió en Semana Santa
Durante los últimos días de Semana Santa, y en medio de las tareas de restauración del templo gótico, los investigadores encontraron una escultura que representa a Jesús con los ojos cerrados, parcialmente enterrada debajo de las baldosas y los escombros del piso. La pieza, que data del siglo XIII, es parte del antiguo cancel del coro, una estructura que durante siglos separó el altar mayor del público y que había desaparecido del registro histórico hace más de 300 años.
Un descubrimiento forzado por la tragedia
Tras el incendio ocurrido en abril de 2019, los trabajos de reconstrucción no podían comenzar sin antes asegurar la estabilidad de los muros y las bóvedas dañadas. Pero la legislación francesa exige que, ante cualquier intervención en un sitio con valor histórico, se realicen excavaciones arqueológicas preventivas.
Así redescubrieron una joya gótica que había permanecido enterrada por orden real
Por eso, un equipo del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva, liderado por Christophe Besnier, fue autorizado a trabajar durante apenas cinco semanas. Tenían permiso para excavar solo 40 centímetros de profundidad en algunas zonas del suelo… y fue suficiente.
Más de mil fragmentos bajo la superficie
Lo que parecía una simple limpieza técnica terminó revelando 1.035 fragmentos de esculturas antiguas, muchas de ellas pertenecientes a estructuras medievales desmontadas siglos atrás. Entre todos los hallazgos, uno se destacó de inmediato: una figura gótica de Cristo, pintada con increíble detalle y realismo.
El torso y el rostro de Jesús, con los ojos cerrados y una expresión de serenidad, fue descrito por los arqueólogos como “una obra excepcional”. En palabras del propio Besnier: “La delicadeza de los párpados, la forma de las orejas, la nariz... cada detalle es de una finura que no habíamos visto hasta ahora”.
El misterio del cancel del coro
La escultura formaba parte de una imponente estructura de cuatro metros de alto que cerraba el acceso visual al coro de la catedral. Este tipo de canceles eran comunes en las iglesias medievales, y cumplían con dos funciones clave:
- Privacidad litúrgica: permitía a los sacerdotes realizar los oficios diarios sin estar expuestos al público.
- Didáctica religiosa: servía como una especie de “pantalla narrativa”, decorada con escenas de la Pasión de Cristo, como la Última Cena, la Crucifixión y la Resurrección.
Según el historiador Dany Sandron, este cancel era una auténtica joya del arte sacro gótico. Pero su presencia comenzó a resultar incómoda a partir del siglo XVIII.
Luis XIV, el rey que quiso otro estilo para Notre Dame
En la década de 1710, el rey Luis XIV ordenó remodelar el interior de Notre Dame. Su idea era modernizar el espacio y reemplazar la estética gótica por una más abierta y barroca, con esculturas que incluyeran su propia imagen y la de su padre, Luis XIII.
Pero había un problema: el antiguo cancel no podía ser destruido ni retirado como si fuera una simple decoración. Era una pieza sagrada. ¿La solución? Enterrarlo en el mismo lugar. Así, lo que una vez fue visible y central, quedó oculto bajo el suelo de la catedral durante más de tres siglos.
La pieza religiosa que encontraron tras el incendio de Notre Dame
El legado que sobrevivió al fuego
El hallazgo del tesoro que descubrieron en Notre Dame no solo aporta valor artístico. También permite a los especialistas reconstruir con precisión cómo era la iglesia en sus primeros siglos de funcionamiento, y cómo evolucionaron las prácticas religiosas a lo largo del tiempo.
Según el experto Mathieu Lours, estos elementos revelan cómo la arquitectura respondía a las necesidades de la liturgia medieval. Las escaleras que llevaban al púlpito, por ejemplo, permitían a los clérigos predicar desde un lugar elevado, protegido y estratégicamente oculto a los ojos del público.
¿Qué queda aún por descubrir bajo Notre Dame?
Aunque este hallazgo fue posible gracias a un permiso excepcional, los arqueólogos no tendrán más oportunidades para excavar tan a fondo. La restauración de la catedral está bajo una estricta planificación y cronograma, y cualquier intervención que implique remover suelo requiere autorizaciones que rara vez se conceden.
Aun así, los expertos están convencidos de que todavía hay más secretos bajo Notre Dame, escondidos entre los cimientos que sostienen siglos de historia, fe y arte. Por ahora, el descubrimiento de esta escultura de Cristo es suficiente para reavivar el interés por el patrimonio escondido que sobrevive, incluso, al fuego.
Redacción
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