13/02/2017

Generación Z, los hijos de la posmodernidad

Nacieron en pleno auge del mercado del consumo. Son los hijos de la Generación X. Su relación permanente con la tecnología es su marca registrada. Pesimistas en la política y optimistas en la generación de sus propios proyectos solidarios. El futuro ya llegó, la Generación Z está entre nosotros.

También conocidos como Centennials, nacieron entre 1995 y 2010 y hoy son quienes marcan tendencia. Representan la proyección en el trabajo, la política, la educación y la tecnología, entre las diversas áreas que conforman la vida social. Atravesados por la globalización, la caída de las instituciones tradicionales, el desprestigio de la política y el prestigio de la acción social desde los ámbitos no gubernamentales, la Generación Z cree más en el si mismo que en el contexto o entorno. Dignos hijos de su época, estos jóvenes han tomado lo que el mundo adulto les inculcó.

La Generación Z es consecuencia directa de su contexto histórico: la llamada posmodernidad. Período signado por la supremacía del individuo por sobre lo colectivo. Los valores de la época se encuadran en el ideal de la libertad individual: realización personal, relaciones sociales acotadas y funcionales y el respeto absoluto a las decisiones y actos del ser uno mismo. En este marco, la posibilidad de crítica o hasta de coincidencia se ve limitada ante la exaltación continua del ego. Entonces, ¿cuál es el saldo de una generación socializada en el marco de estos valores? “En un mundo digitalizado en el que se va instalando el poder de las nuevas tecnologías el adolescente fomenta la comunicación interpersonal a través de cyberintermediarios, tecnificando la naturaleza socioconstruida de sus vínculos”, explica el sociólogo español Manuel Castells en su libro “La era de la información”.

Los integrantes de la Generación Z también son conocidos como nativos digitales ya que fueron educados desde su más temprana edad en la tecnología. Su cotidianeidad está atravesada por Internet, smartphones, infinidad de apps para hacer casi cualquier cosa y sofisticadas consolas de videojuegos. Su relación con la tecnología va más allá de su uso en si mismo. Las redes sociales se han convertido en el vehículo protagonista para las relaciones interpersonales de estos jóvenes. El autor de "Amor Líquido", Zygmunt Bauman, brinda un claro panorama del contacto social en la Generación Z: “Hablan de conexiones, conectarse o estar conectado. En vez de parejas prefieren hablar de redes ¿Qué ventaja conlleva hablar de conexiones en vez de relaciones? Las conexiones son relaciones virtuales. A diferencia de las verdaderas relaciones son de fácil acceso y salida".

Un signo de esta generación también es la enorme cantidad de amigos que reúnen en redes sociales, Facebook y Twiteer "ya fueron" para ellos, ahora es Snapchat y en menor medida Instagram. La mayoría de sus amistades virtuales son absolutos desconocidos o bien son contactos a los que jamás han visto personalmente. Su relación con ellos es absolutamente virtual. Sobre este punto, Bauman destaca que esta tendencia en la “cantidad” es inseparable de la calidad o bien de su ausencia. “Cuando la calidad no da el sostén, tendemos a buscar remedio en la cantidad. Si se cree que el compromiso no tiene sentido y las relaciones ya no son confiables y difícilmente duren, la facilidad que ofrece el descompromiso y la ruptura a voluntad no reducen los riesgos, pero los distribuyen de manera diferente”, explica el autor.

Se ha rutinizado y naturalizado el hecho de creer y ser uno mismo como ideal supremo. Entonces la individualización de los valores permite, sin generar conflicto alguno, que el prójimo se devalúe. La relación con el otro será placentera y satisfactoria mientras no contradiga o avasalle el espacio personal. Ellos nacieron bajo la mirada escéptica sobre el ámbito político y la fuerte caída de las instituciones tradicionales, pero supieron resignificar el descreimiento en acción. Las nuevas generaciones son hoy protagonistas en la creación de Organizaciones No Gubernamentales o participan activamente en causas solidarias, ya sea de manera presencial o a través de campañas vía Internet. Saben reunirse y establecer objetivos comunes si encuentran una razón para ayudar a quien lo necesita.

Hijos de la posmodernidad, la globalización, el mercado de consumo y la tecnología, la llamada Generación Z está creando nuevas pautas en las relaciones humanas y forjando sus propios valores.

Redacción

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