15/06/2017

Ética e integridad, pilares para un mundo mejor

Con motivo a su programa “Integrity Project”, la Kimberly Clark asume el desafío de acompañar y guiar a su cadena de valor para adoptar pautas recíprocas de ética, transparencia y transmitir principios de excelencia organizacional.

Hacer lo correcto, cumplir la palabra, actuar con honestidad y respetar al otro son valores que, en las empresas, facilitan el trabajo y la convivencia entre colaboradores. En el marco de su 25 aniversario en Argentina, Kimberly-Clark realizó una nueva edición de su programa Integrity Project centrado en la ética e integridad en las empresas.

De la mano de Paola Delbosco, Doctora en Filosofía por la Universitá degli Studi di Roma “La Sapienza”, la Compañía realizó además de una capacitación, una guía y un e-learning que fue compartido con todos sus proveedores y clientes pymes.

“Somos una empresa con valores, con pautas que definen nuestras operaciones y nos permiten desarrollarnos con integridad y altos estándares de calidad y respeto. Esos mismos principios son los que queremos trasladar a nuestros socios, partners y a toda nuestra cadena de valor”, explicó Fernando Hofmann, Director de Asuntos Corporativos y Legales de Kimberly-Clark Región LAO – Austral. Y agregó: “Por eso, la ética es nuestro motor de crecimiento sustentable, como un pilar estratégico y fundamental en la misión que nos hemos propuesto de generar disparadores que propaguen conversaciones en torno a cómo generar ámbitos de trabajo donde “hacer lo correcto” no esté en discusión”.

Durante la capacitación y junto a Delbosco se reflexionó sobre que es la ética, definida como el estudio de la conducta humana en orden a su fin último, la felicidad. “Todas las personas quieren ser felices, y si se propone un camino de felicidad, no debería haber opositores.Es así que las empresas deben velar por ello para generar estas conductas aceptadas como ‘correctas’ o ‘buenas’, que no sólo generen motivación y empoderamiento de sus colaboradores, sino también tengan un impacto en la comunidad”, comentó Paola Delbosco.

La experta explicó cómo aplicar valores como la ética en la pluralidad de las empresas y destacó la importancia de entender la diversidad cultural como un aporte para la solución de problemas, enseñando a respetar y a valorar los distintos modos de actuar y preferir, afirmando que siempre es posible ponerse de acuerdo respecto de principios y valores éticos a pesar de las diferencias. Para Paola, “Toda persona necesita ser aceptada y respetada, quiere preservar su libertad, necesita expresarse y ser escuchada. En suma, toda persona necesita vivir rodeada por algo de paz y amor, algo de esperanza. Los seres humanos tienen necesidades y estas se satisfacen si las actividades que realizan son mediante conductas más ‘éticas’ con uno mismo y con los otros”.

El olor a pan

La capacitación enfatizó la importancia de la trascendencia del entorno en la conducta ética de las personas: el entorno facilita o entorpece la conducta ética de los individuos y de los grupos, en la oficina, en el taller o en otros espacios.

Según se explicó durante la jornada, el clima interno mejora casi de inmediato en las empresas cuando se ven medidas centradas en el bien de las personas y de sus relaciones; y resulta también un buen programa para la sociedad, porque entornos éticamente estimulantes mejoran el mundo. “Es como el olor a pan cerca de las panaderías, un olor agradable que promete felicidad y nos hace más buenos, porque la felicidad parece estar cerca…” expresó Paola Delbosco.

Con 25 años de trayectoria en el país, la Compañía continúa en la búsqueda de originar cambios visibles en la sociedad y el ambiente, avanzando de manera sostenible en la forma de hacer negocios. Y mediante un trabajo en conjunto con una cadena de valor también sustentable: proveedores que compartan la misma visión y objetivos y para quienes progresar día a día sea también una prioridad.

Redacción

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