26/02/2015
El vendedor más grande del Mundo
La semilla apropiada se llama SERVICIO.
Estando en Managua, Leonel Gómez, quien era por aquel entonces director de área de Dale Carnegie Training, me entregó un libro: "Me lo prestaron y me parece muy interesante. Lo debo devolver mañana temprano así que lee lo que alcances hoy, te gustará". En mi cuarto de hotel, le eché un vistazo. El libro se era "El Vendedor más Grande del Mundo" y el autor, Og Mandino. Me atrapó, lo leí de un tirón. Pensé que podría ayudar a mucha gente a ser más positiva. Antes de devolverlo, tomé nota del editor y le escribí.
Federik Fell, desde Nueva York me pidió contactar a Editorial Diana de México, así que les hablé por teléfono, pedí 100 ejemplares. Los vendí al costo. Tuve que pedir rápidamente 200, después 350. Finalmente se vendieron 3000 ejemplares.
Y recuerdo que un amigo me recriminó el esfuerzo que hacía promoviéndolo simplemente como un servicio para los demás. Me parece absolutamente tonto, me dijo.
Pasó el tiempo y de pronto recibí una llamada telefónica. El Sr, Og Mandino tenía planes para venir a Centro América y querían saber si yo podría acompañarlo como orador en sus presentaciones. ¡Por supuesto que acepté! Y ese fue el inicio de una relación de amistad y trabajo.
Lo acompañé a través de veintitrés eventos, desde Monterrey, México hasta San Juan Puerto, Puerto Rico. A través de esta asociación surgieron muchas oportunidades internacionales para presentarme como orador en convenciones y reuniones de negocios.
El Sr. Mandino partió a la eternidad en Noviembre de 1996. Haber trabajado codo a codo con él está entre las cosas de que me siento más orgulloso. Recuerdo que en una entrevista de prensa en la ciudad de Guadalajara, me preguntaron qué había hecho para lograr trabajar como Orador Asociado con una celebridad mundial como Og Mandino. Confesé que todo había venido solo, sin buscarlo. Fue, les dije, la consecuencia de un afán de servicio.
David J. Schwartz, en su libro "La Magia de Pensar en Grande" dice que si usted quiere cosechar felicidad y prosperidad, debe sembrar la semilla apropiada. Y la semilla apropiada se llama SERVICIO.
LO NEGATIVO: Creer que si servimos a los demás, estamos perdiendo nuestro tiempo.
LO POSITIVO: Comprobar que se beneficia más, el que se esfuerza por servir más.
Gentileza, Emilio Santamaría S.
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