23/09/2016
El universo como un holograma
¿Y si la realidad (todo lo que, en primera instancia, ves, palpás y olés) fuera un gigantesco holograma?
La sugerencia parece salida del guión de una de las películas de George Lucas... Sin embargo, nada parece estar más cerca de la verdad si prestamos atención a recientes desarrollos teóricos interdisciplinarios.
Para la física cuántica, la inverosímil conjetura comienza a ser una realidad que podría revolucionar las fronteras de la ciencia. Según una opinión difundida en el mundo científico, existiría evidencia suficiente como para sugerir que nuestro planeta (así como todo lo que existe en el Universo) es un entramado de imágenes fantasmas, proyecciones provenientes de un nivel ubicado más allá de la realidad, el tiempo y el espacio tal como los concebimos.
Quienes defienden esta idea son dos importantes pensadores contemporáneos. Uno de ellos, David Bohm, otrora discípulo dilecto de Albert Einstein, es miembro de la Universidad de Londres y uno de los más respetados nombres de la física quántica; el otro es Karl Pribram, neurofisiólogo de la Universidad de Stanford y autor de uno de los más brillantes libros en la materia: Lenguajes del Cerebro. Ambos científicos llegaron, separadamente, a la misma conclusión: que el Universo tendría una concepción holográfica y que el cerebro humano decodificaría la información holográfica que compone nuestra realidad.
En un holograma, cada parte está en el todo y el todo está en cada parte. Sin embargo, lo más importante reside en que la parte tiene acceso al todo. Si el cerebro funcionase como un holograma, podríamos conjeturar, tendría acceso a un todo mayor, a una esfera de frecuencia holística que trascendería los límites del espacio-tiempo.
El ser humano poseería un potencial mental inmenso en relación al que se cree que posee. Prueba de ello son las condiciones llamadas paranormales. De este concepto nació el paradigma holográfico, un intento por evidenciar que el cerebro es un holograma que percibe y participa en un universo holográfico. En The Invisible Landscape, obra de Terrence Mc Kenna, el Universo es considerado como un holograma creado por la interacción de dos “hiperuniversos”. Una consecuencia del modelo de Mc Kenna, en el cual la parte contiene la información del todo, es que cada átomo contendría la “clave a las respuestas” de todo el Universo.
La teoría de Mc Kenna, sin embargo, va más allá. Supone que habría 64 escalas temporales en el holograma de nuestro universo. Lo que llamamos “mente” o “conciencia” sería una forma de onda estacionaria de esos 64 sistemas temporales. Puesto que los dos hiperuniversos que conformarían el holograma del Universo tal como lo conocemos, interaccionan en el tiempo, la “mente” se manifestaría más allá de las dimensiones espaciotemporales. En términos físicos concretos, eso significaría que los lazos quánticos del ADN estarían evolucionando cada vez más a prisa. Estaríamos conduciendo entonces, no una, sino 64 ondas evolutivas encaminadas hacia un “despertar cósmico”. La pregunta que surge es cuándo alcanzarán las 64 escalas temporales de Mc Kenna su cúspide en nuestro tiempo lineal, determinando el momento de un despertar de conciencia colectivo. Mc Kenna sostiene que todo señala hacia alrededor de cinco años más.
De acuerdo con la astrología maya, el 22 de diciembre de 2012 se configuró un vórtice temporal, una bisagra en la continuidad del Tiempo-Espacio. La cosmovisión de Terence Mc Kenna está totalmente de acuerdo con las enseñanzas tántricas. En ellas, Maya-Shakti, simbolizando el poder de la materialización, “proyecta el Universo desde sí mismo y de una forma que está de acuerdo con nuestra propia experiencia psicológica”. El Tantra niega que las propiedades primarias (peso, masa, extensión) sean de alguna forma más reales que las propiedades secundarias (olor, sabor, tacto). Para los Mayas, no se trata de ilusión.
EL POTENCIAL DE UNA MENTE CREADORA
Otra hipótesis. Que el súper holograma del que formamos parte habría sido creado por una superconciencia de la que también formamos parte. Es decir, que las mentes de todas las entidades universales formarían una superconciencia que, tanto individual como colectivamente, actuarían recíprocamente como creadoras del entramado absoluto de este súper holograma. Como una gran mente que da forma a todo lo que piensa, este Universo Material, sería la idealización, la materialización de una Conciencia Suprema.
Los estratos o dimensiones que subdividirían el espectro holográfico total, estaría conformado por las distintas frecuencias que envuelven a los distintos Universos, dentro los cuales se manifestaría la existencia de los seres cuyas mentes crean su propia realidad. Esta noción se ve confirmada por las recientes investigaciones científicas- considerados transgresores para la ciencia tradicional – que sostienen que toda conciencia humana accionaría a través de un mecanismo neurofisiológico que, físicamente, afectaría a la realidad en sí misma.
Es decir, que todo lo que sucede en nuestro mundo sería en gran medida la consecuencia de nuestro nivel de conciencia planetaria. El mundo que vemos y percibimos no sería otra cosa que una ilusión creada parcialmente por nuestras mentes. Debido a que nosotros, como individuos, estaríamos conformados por una matriz holográfica, y esa matriz holográfica abarca teóricamente todo lo que existe, entonces nuestro ser se extendería verdaderamente a lo largo del espacio completo de este universo en cada momento.
Según esta construcción teórica, somos la creación entera en sí misma. Tanto el océano de fluidez cuántica, como la vasta matriz holográfica geométrica en nuestro interior, serían elementos esenciales que nos proporcionarían un camino para mantenernos conectados con el infinito y con los seres espirituales ilimitados de principio puro que realmente somos.
Si este mundo es sólo una manifestación de la conciencia humana y si todos pensamos y proyectamos una energía y una conciencia de amor y respeto por el otro, este mundo se transformaría en algo digno para la manifestación humana. Ésta sería la clave. Y asimismo esto sería logrado cuando alcanzamos la masa crítica del despertar de la conciencia.
Cuando Max Planck recibió el Premio Nobel dijo, sacudiendo los fundamentos físicos en su tiempo: "¡No hay materia como tal! Toda materia se origina y existe sólo por virtud de una fuerza. Debemos asumir detrás de esta fuerza la existencia de una Mente inteligente y consciente. Esta Mente es la matriz de toda materia".
NOTA ORIGINAL REVISTA "EL PLANETA URBANO" - SECCION PLANETA X
Por Brad Hunter
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