23/06/2014

El tiempo es líquido, la responsabilidad es sólida

Vivimos un momento líquido, voluble en el que los modelos y estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para enraizarse y gobernar nuestras costumbres, básicamente por los cambios constantes.

Por Marta Romo

Una de las características que mejor definen el nuevo escenario es la estructura de flujo. Este fenómeno está cambiando nuestra forma de trabajar y nuestra forma de ver el mundo y de relacionarnos. Nunca antes habíamos tenido una estructura de flujo caracterizada por la globalidad y la falta de espacialidad.

El ejemplo más claro lo constituyen comunidades como Facebook, Twitter, Flickr, Instagram, Myspace, Wikipedia y otras muchas que demuestran que ya no hay fronteras ni temporales por los usos horarios, ni espaciales, ni siquiera culturales. Y esto nos exige que seamos “flexibles”, que gestionemos mejor nuestros recursos, nuestra energía, en definitiva nuestra agenda, ya que si no, el tiempo, la vida, se diluye y se nos escapa entre los dedos, como si fuera agua.

¡Necesito más horas en mi día! Seguro que más de una vez has tenido este pensamiento. ¡Necesito que me dejen tranquilo! Seguro que también se te ha pasado alguna vez por la cabeza. Pero, ¿realmente quieres que tu día tenga más horas?, ¿estás seguro de que quieres que te dejen en paz? Si ponemos atención a este tipo de preguntas o quejas, la mayoría de las veces son excusas o justificaciones. A veces, el mantener una imagen de persona ocupada, de tener mucha prisa nos interesa, ya que es una excusa para no ser asertivo (habilidad para expresar lo que realmente quieres sin hacer daño al otro). Para no enfrentarnos a una persona; para evitar decir no directamente, porque simplemente “no quiero”, recurrimos al recurso fácil de decir no porque “no puedo”.

No existen recetas mágicas que nos ayuden a solucionar radicalmente nuestra dificultad con la gestión del tiempo, con la cantidad de información que recibimos, las interrupciones, las urgencias, los imprevistos… pero si queremos aprovechar mejor nuestros recursos necesitamos, para empezar, una dosis importante de autodisciplina. Y después puede ayudarnos pensar que menos es más. Aquí nos topamos con la manida ley de Pareto: con el 20% de nuestras acciones logramos el 80% de nuestros resultados. Y esto, ¿cómo podemos aplicarlo en nuestra cotidianidad?

En definitiva:

Recuerda, que carecer de tiempo, es carecer de prioridades. De vez en cuando, para y pregúntate: ¿Estoy siendo productivo o simplemente activo?

Marta Romo, socia directora de Be-Up

Publicado en Diciembre en Observatorio de RR.HH.

Fuente: https://martaromo.wordpress.com/2012/12/21/el-tiempo-es-liquido/

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