13/03/2014
El Papa Francisco cumple su primer año de pontificado
«Recen por mi», dijo el Papa Francisco al salir al balcón de la de la basílica de San Pedro en la noche que fue elegido.
Sus claros gestos de humildad, apertura y completo servicio al prójimo, impactaron en los 5 continentes. La comunidad global lo reivindica como el "Papa de la gente", y hoy en conmemoración de su primer aniversario al frente del pontificado, el Papa Francisco conmueve con sus acciones siempre cercanas y contundentes. Coherente en las palabras y en los hechos, el sumo pontífice asumió su rol pidiendo una oración.
"Recen por mi", dijo el Papa Francisco al salir al balcón de la de la basílica de San Pedro en la noche que fue elegido. Sus pruebas de austeridad se sucedieron minuto a minuto. Uno de los hechos con mayor repercusión nivel mundial fueron sus renunciamientos. Su modo de vestir fue la primera imagen que sorprendió. Sus zapatos negros, bien cuidados y lustrados, pero gastados por el uso fueron objeto de todas las miradas que reivindicaron su genuina humildad. También renunció al Mercedes Benz negro blindado, y pidió trasladarse en el colectivo en dónde viajan los obispos y sacerdotes.
Pidió vivir en una habitación simple y al día siguiente a su asunción, pagó personalmente la habitación en dónde se había alojado antes del cónclave. Sorpresa para el mundo entero, y cotidianeidad para una Buenos Aires que solía encontrarlo en la Línea A del subterráneo y caminando por sus calles sin asistentes o guardaespaldas.
El Papa Francisco alcanzó una utopía, es querido y respetado por creyentes y escépticos por que su disciplina por el trabajo a favor de los excluidos, los enfermos, los abuelos, los niños y los pobres es una realidad concreta y tangible. Uno de los hitos más recordados de este último año fue durante el Jueves Santo de 2013 cuando rompió el protocolo de las rúbricas litúrgicas y decidió celebrar esta fecha central de la historia del catolicismo en un centro penitenciario en dónde le lavó los pies a 12 jóvenes detenidos.
Sumando coherencia a su misión a favor de las comunidades más desprotegidas del mundo, durante su viaje a Brasil visitó la Varginha e instó con su mensaje a todos los hombres y mujeres del mundo a poner fin a la indiferencia ante las desigualdades. "Espero lío, que haya lío, que la Iglesia salga a las calles", le pidió a los jóvenes, convocándolos a ejercer en los hechos el amor por el prójimo.
También ha condenado enérgicamente el culto al dinero afirmando que la crisis actual en el mundo es producto de “la lógica del beneficio a cualquier precio”. Puso blanco sobre negro en la definición de solidaridad: “una palabra incómoda, casi una palabrota para los mercados“. El Papa Francisco cumple su primer aniversario recuperando el verdadero sentido de la ayuda al prójimo como la única forma de ejercer la verdadera solidaridad.
Por Eugenia Plano
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