23/01/2019
El "flaco" Spinetta cumpliría hoy 69 años y en honor a él se celebra el Día Nacional del Músico. Un legado de genialidad.
¿Qué hubiera pasado sin el “Flaco” en la cultura argentina? Definitivamente, no estaríamos hablando hoy de rock nacional. Luis Alberto Spinetta, a través de Almendra y Pescado Rabioso, introdujo al país a un estilo musical que sólo existía en Estados Unidos y Europa.
“Estás perdiendo el tiempo pensando, Estás fuera de la vida jugando y perdiendo. Comes tu conciencia pensando en la nada y que dirán los flores de todo tu regreso. Tu ser sin querer se abrirá en la luna. Se irá sin saber que la amabas. No te busques más en el umbral, para saber la forma de tu alma”, así Luis Alberto Spineta en su composición Umbral, describía con belleza y realidad, cómo el pensamiento puede ser escaso, sin la acción en nuestros deseos estamos incompletos. Podemos perder lo que amamos.
Su vida era ejemplo de ello, ¿qué hubiera pasado sin el “Flaco” en la cultura argentina? Definitivamente, no estaríamos hablando hoy de rock nacional. Luis Alberto Spinetta, a través de Almendra y Pescado Rabioso, introdujo al país a un estilo musical que sólo existía en Estados Unidos y Europa.
El surgimiento de Sui Generis, Arco Iris, León Greco o Aquelarre, estuvo vinculado con la capacidad y creatividad de Luis Alberto para dar a conocer en la Argentina un estilo de rock que hasta entonces no se había escuchado jamás. Aunque Lito Nebbia y Moris habían sentado un precedente, el Flaco dio un paso más allá, y fue la fuente de inspiración para todas las generaciones que soñaban con un mundo mejor, y no sabían decirlo. El maestro, expresó lo que tantos querían decir y no sabían como.
El mismísimo Charly García, reconoció que “sin Spinetta quizá nunca hubiera sido músico, era mi modelo”. El Flaco escribió uno de los mayores capítulos de la música latinoamericana. Su obsesión por la canción perfecta, lo instó a escribir, componer e interpretar la banda de sonido de las generaciones de los años ’60 a esta parte. Una rareza del Flaco fue su personalidad en un ámbito signado por los excesos y el estereotipo de ser y parecer un “rockstar”. Spinetta era un hombre amoroso con su familia, un vecino a de su amada Villa Urquiza que todos los domingos amasaba fideos para su banda y sus hijos, y en lugar de declaraciones polémicas sobre sexo, droga y rock n´ roll en sus entrevistas hablaba de educación, como el único camino posible para lograr las metas.
El Flaco era único en su género, y nunca eligió los desbordes narcisistas para ser un rockero políticamente correcto. No lo necesitó, no era parte de su alma. Alguna vez escribió “nadie tiene un sueño sin laureles”, repudiando a quien sólo busca el exitismo y no el virtuosismo. El éxito de Spinetta no era estridente, era de bajo perfil. Sólo quería darle voz a su poesía y a los más impactantes acordes que haya escuchado el rock nacional. Sus letras hablaban del amor, de sueños, de la perpetuidad de las buenas acciones, de sostener una coherencia entre las palabras y los hechos, de las esperanzas en la construcción de un mundo mejor y del sufrimiento de quien no tiene pluma, micrófono o escenario para contar su padecer.
“Cómo harás ver y aliviar el dolor de este jardín de gente. Algún acuerdo en tu alma tendrás”. “Son tantos tus sueños que ves el cielo”. “Y deberás amar, amar, amar hasta morir. Y deberás crecer, sabiendo reír y llorar. El sol empuja con su luz y el cielo brilla renovando la vida. Y esto será siempre así quedándote o yéndote”. “Y entre los libros de la buena memoria, se queda oyendo como un ciego frente al mar”. “Y en todo retorno, un cambio nacerá. En tu nombre habrá que seguir, pidiendo por siempre un asilo en tu corazón”
Y este es su legado, su trascendencia, su amor por las letras, que han calado hondo, que nos instaron a enamorarnos genuinamente, a no desgarrarnos en los fracasos, a ser obreros de la fe, a no ser indiferentes al dolor de nadie, a no quedarnos en la mitad de la vida y entonces, ser dignos de estar vivos.
Luis Alberto Spinetta fue un artista enorme, inconmensurable. Muchos no serían quienes son sin la conmoción que significa escucharlo y hoy, le pone letra y música a la eternidad.
Redacción
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