03/08/2013
El conmovedor mensaje del papá de Renzo
El inconmensurable dolor por la muerte del pequeño Renzo Salvatore Antonelli fue el sentimiento que unió a toda la sociedad argentina.
La conmovedora lucha del niño correntino de dos años y medio y la entereza y la fortaleza de su familia, son hoy un emblema y un ejemplo para todas las personas que día a día rezaron o brindaron mensajes de cariño y afecto a sus padres y abuelos a través de los perfiles de los distintos grupos de Facebook, los medios de comunicación o acercándose al Hospital Garraham para donar sangre y plaquetas o simplemente darles un abrazo.
Renzo fue el hijo, el sobrino, el ahijado o el nieto para todo un país que veía a través de sus ojos la pureza, la ternura y sobre todo la fuerza de un “pequeño guerrero“ o un “leoncito correntino” tal como lo llamaban sus papás. La familia de Renzo se convirtió en un símbolo de unión familiar y humana, de esfuerzo, de lucha y es uno de los mayores ejemplos de amor y contención ante la adversidad.
En el peor momento, ante la peor noticia, es el papá de Renzo, quien hoy y una vez más, brinda a través de sus palabras, sus emociones, sus valores y sus acciones un ejemplo de vida. Haroldo Salvatore le puso el cuerpo, el alma y el corazón al amor infinito por su hijo a través de esta carta publicada hoy en el perfil de Facebook "Todos por Renzo Salvatore", que reunió a más de 30 mil usuarios
“Leoncito es mi momento de despedirme. Te fuiste cuando recién te vi llegar. Hace poco que estabas luchando. Tus ojitos parecían dos pequeños faros que alumbraban mi vida en ese momento. Tu carita resplandecía y tus manitas tan pequeñas me hacían sentir una gran ternura y mientras reflejabas una sonrisa tan hermosa en tu diminuto rostro que me llenaba del más grande y puro amor. Renzo así fui viéndote, tu salud era como una montaña rusa subía y nuevamente bajaba, no imaginas la alegría cuando supe que estabas mejorando del todo.
Nunca pensé que terminaría así, cuando dos meses atrás estábamos todos felices por la llegada de tu corazón. Ya no veré una nueva sonrisa. Ya no te veré pequeño gigante. Te fuiste pero mirá cuantos amigos me dejaste, cuantos corazones despertaste. Ahora estas en un lugar más hermoso, al lado de quien te envió prestado a los brazos de tu mamá. Estas con otros angelitos que, como tú, vinieron a cumplir un propósito en esta vida, y sé que, desde allá arriba, velarás por los que te quisimos tanto y que siempre te recordaremos por que ahora eres un ángel más del cielo”.
Redacción
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