11/08/2023

¿El carácter y el temperamento, son lo mismo?

¿Cómo afectan nuestra comunicación con los demás?

R. Steiner dijo: “Gobernar la vida de acuerdo con patrones es fácil, pero la vida no se deja tratar como un patrón. Sólo la comprensión, producto de la observación y la reflexión, será́ suficiente, comprensión que se transforme en sentimiento que uno cultive hacia la individualidad humana, hacia la individualidad en la vida entera”.

Maravillosa frase que nos deja esta reflexión ¿Podemos estructurar los comportamientos humanos según patrones establecidos? Patrones, como los que encuadran cuál es nuestro temperamento.

Quien no ha sido víctima en algún momento de la vida de famosas expresiones como: “que mal carácter tiene”, “es muy débil de carácter, no tiene ambición”, o “qué carácter fuerte, explota por cualquier cosa”.

Tranquilo, a mí también me ha pasado. Creo que todos fuimos etiquetados en algún momento con una frase parecida.

Lo que sabemos según la psicología del comportamiento humano, es que carácter y temperamento no son lo mismo.

El temperamento es genético, es decir, nacemos con él, es parte de nuestra esencia humana, y es representativo de cada persona.

El carácter, en cambio, es circunstancial y puede formarse de acuerdo a nuestras experiencias, frustraciones, vivencias.

La teoría de los cuatro humores

Una de las primeras personalidades históricas en desarrollar la teoría de los temperamentos, o los 4 humores, fue el médico griego Hipócrates.

Alrededor de los siglos V y IV a. C., en la antigua Grecia ya existían estudios y teorías (muy básicos en herramientas científicas, por cierto, pero siguen siendo la base de nuestra civilización occidental) sobre el comportamiento humano, e Hipócrates, fue uno de los científicos que más proliferó en investigarlos. Él advirtió que las personas estamos formadas por cuatro elementos básicos, y que el hecho de que un elemento tenga más desarrollo que otro, cambiaria nuestra forma de ser, expresarnos, caminar, comer, relacionarnos, y pensar, pero sobre todo por la manera de reaccionar frente a las circunstancias que se les presentaban y a estos cuatro elementos los llamo “humores”

Para Hipócrates, estos 4 humores, (elementos) son los siguientes:

Según él, el hecho de que en nuestro cuerpo se encuentren todas estas sustancias en equilibrio hace que estemos sanos, mientras que una descompensación en los niveles de los humores produciría enfermedades.

Fue Galeno de Pérgamo, sin duda el medico más importante de la antigüedad, quién en el siglo II a. C., realizó mayores esfuerzos para transformar la teoría de los humores en la teoría de los temperamentos básicos.

La teoría de los temperamentos

Galeno partió de la idea de que todo está constituido por la mezcla de esos 4 elementos y que cada uno de ellos corresponde a uno de los humores del cuerpo humano, para terminar, aplicando esta visión a la primitiva psicología de aquella época.

Para él, los niveles en los que están presentes cada uno de los humores en un cuerpo explican los estilos de personalidad y temperamento de este, lo cual significa que observando las cantidades de estas sustancias se podría saber el estilo de comportamiento de una persona, cómo expresa y gestiona las emociones, etc.

Los 4 temperamentos básicos propuestos por Galeno fueron los siguientes.

1. Temperamento sanguíneo (del latín sanguis, sangre)

Las personas sanguíneas se caracterizan según Galeno por ser alegres, optimistas y buscar siempre la compañía de los demás.

Muestran calidez a la hora de tratar con otras personas, su modo de actuar obedece más a los sentimientos que a las conclusiones generadas por el análisis racional. Además, cambian de parecer con facilidad y son poco dadas al comportamiento disciplinado, porque se guían por la búsqueda del placer inmediato. Por eso frecuentemente dejan cosas sin terminar. Su elemento asociado es el aire.

Por predominio de la sangre serán de físico robusto, frente ancha, labios carnosos, y mirada expresiva.

2. Temperamento flemático (latín phlegma, flema)

El temperamento flemático expresa una propensión a un modo de comportarse sereno y tranquilo y un modo de acercarse a las metas perseverante y basado en la racionalidad.

Según la teoría de galeno, las personas que destacan por este tipo de temperamento valoran mucho la exactitud a la hora de pensar y de hacer las cosas, raramente se enfadan y no muestran demasiado sus emociones, llegando a parecer algo frías. Además, suelen mostrarse algo tímidas y evitar ser el centro de atención. Según la teoría de los 4 temperamentos, a estas personas les correspondía el elemento agua.

Fisionómicamente suelen ser redondeados, con piel blanquecina, en general con exceso de peso, más bien de estatura baja, y manos regordetas.

3. Temperamento colérico (del griego Khole, bilis)

Las personas que destacan por su temperamento colérico son especialmente enérgicas, proactivas e independientes. Muestran una tendencia a estar siempre dedicándose a una actividad o emprendiendo proyectos y defienden con ahínco sus opiniones y posturas ante las diferentes situaciones que viven.

Además, confían en su propio criterio y no temen entrar en confrontación con los demás, por lo que son asertivas y no rehúyen las posiciones de liderazgo. Sin embargo, si este tipo de temperamento es muy extremado puede dar pie a la aparición de muchos conflictos y hostilidades. El elemento con el que se las relacionó era el fuego.

Fisicamente tienden a ser esbeltos, con rostro predominantemente anguloso, nariz recta, mirada profunda y penetrante, serio de gestos firmes y mesurados.

4. Temperamento melancólico (griego: melas khole, bilis negra)

Las personas con temperamento melancólico se caracterizan, según Galeno, por ser emocionalmente sensibles, creativas, introvertidas, abnegadas y perfeccionistas. De algún modo, este tipo de temperamento puede relacionarse con el concepto reciente de Personas Altamente Sensibles (PAS), aunque definido de modo mucho más ambiguo.

Aunque encuentran placer en las tareas que requieran esfuerzo y sacrificio personal, les cuesta decidirse a la hora de iniciar proyectos justamente por ese espíritu perfeccionista y por la preocupación que produce la inseguridad de no saber lo que va a pasar. Su humor varía con facilidad y muestran una propensión a la tristeza. Su elemento es la tierra.

Fisicamente en general se presentan delgadas, huesudas, con nariz curvada y prominente.

Con los años los psicólogos notaron que una persona puede tener un temperamento central y uno secundario

Generalmente se cataloga al COLERICO también como SANGUINEO, llamándolo Colérico Sanguíneo, y conocer qué tipo de temperamento rige a una persona nos hace comprender, por ejemplo, porque se llevará mal con otros de temperamento diferente, y sus vínculos no prosperarían en teoría.

Por ejemplo, un Colérico Sanguíneo no podría relacionarse con éxito con una persona de temperamento Flemático. Al flemático le falta todo lo que al sanguíneo lo identifica, no encuentra motivaciones, es indeciso, ansioso, mas contemplativo, menos pasional, etc.

Esto nos puede ayudar a saber por qué una persona se relaciona más fácilmente con unos que con otros.

Saber, por ejemplo, qué sistema temperamental rige a nuestros hijos, puede ayudarnos a establecer vínculos más sanos y más productivos con ellos, resaltar sus potencialidades, aceptar sus cualidades, y comprender sus elecciones en la vida.

Si a nuestra mente viene ahora una persona determinada y la relacionamos mentalmente con las características arriba descriptas, seguramente coincidirán sus acciones y comportamientos con uno de los cuatro grupos y su forma de ser.

Si bien muchas ramas filosóficas no están de acuerdo con estas teorías, y todas son respetables, tener más información de cómo nos comportamos siempre sumara para lograr entendernos mejor con otros, y sobre todo, a nosotros mismos. Y usted, ¿con que temperamentos se identifica más?

Gentileza, María Belén Castellino, Especialista en Oratoria y Kinésica | IG: @belucastellino

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