11/09/2020

Cuando no hay motivación aparece el «Boreout», el síndrome del aburrimiento

El concepto fue introducido por los psiquiatras suizos Philippe Rothlin y Peter R. Werder quienes han identificado este problema y lo han catalogado como una de las variables negativas que más influencia tienen en el poco rendimiento laboral de los empleados en la actualidad.

No hay dudas que el contexto social nos modela y nos conforma como seres humanos. Somos individuos inseparables del tiempo en el que vivimos.

Las patologías del orden psicológico también forman parte de las tendencias que signan a cada época. En los 80 fue el surmenage, en los 90 el stress, en los 2000 los ataques de pánico y en la actualidad existen nuevas patologías, muchas incluso productos del aislamiento por la pandemia de Covid-19 y las nuevas modalidades de teletrabajo..

Una de estas patologías es conocida como boreout y se podría definir en oposición al stress. Quien padece este síndrome se encuentra sumido en una gran depresión y frustración por no encontrar calidad en su tiempo. Se sienten poco productivos y se consideran imprescindibles en su fuente laboral.

El concepto fue introducido por los psiquiatras suizos Philippe Rothlin y Peter R. Werder quienes han identificado este problema y lo han catalogado como una de las variables negativas que más influencia tienen en el poco rendimiento laboral de los empleados en la actualidad.

Quienes padecen boreout, son conscientes y no están conformes con su rol. Pero lejos de buscar una alternativa, comunicarlo o en todo caso, cambiar de empleo, se sumen en una depresión profunda.

Este síndrome no es aislado, sino que los investigadores confirman que el 15% de la fuerza laboral está en camino de padecer boreout.

Por su parte, Dan Malachowski, un investigador de la Universidad de Chicago advirtió que el 33% de sus 10.000 encuestados confesó que su trabajo no representa ningún desafío. Este desinterés que manifiestan los lleva a dedicar, al menos dos horas al día en actividades personales, como resolver algún asunto familiar, redes sociales, chatear o incluso hacer compras online. Es decir, no sienten un compromiso con su fuente laboral.

Malachowski indica tres síntomas básicos para detectar el síndrome:

Entonces, ¿en quién cabe la responsabilidad de un empleado que está insatisfecho hasta la misma depresión con su fuente laboral? ¿Quién tiene la culpa, el empleado o la organización?

La investigación sostiene que la responsabilidad es compartida: "Muchos jefes no saben delegar en su equipo y asumen de tal forma las cargas de trabajo, que el resto de grupo no tiene nada que hacer o sólo les dan las tareas rutinarias y más aburridas del día a día", sostiene el estudio. Pero, tampoco es todo culpa de quien emplea, "el propio trabajador también es responsable de elegir un empleo que no le guste o le motive".

El contexto social ha incrementado los casos de boreout, especialmente a partir de la crisis económica derivada de la pandemia mundial. "En tiempos de crisis, el miedo al desempleo incrementó el síndrome. Estos trabajadores se conforman con la situación para conservar su empleo y lo mantienen en silencio. De otro modo, podrían tratar el tema con sus jefes para mejorar la situación, pero ahora el miedo a un posible despido les atenaza y empeora el problema y lo agudiza", asegura la investigación.

El peligro de no tratar este síndrome es, que lo que comienza como una depresión, puede culminar en “una manía enfermiza al trabajo”, sostienen los investigadores.

Una gran paradoja de estos tiempos que parecen definirse en torno a los extremos. No es casual que las mayores patologías posmodernas sean aquellas definidas en torno al exceso de trabajo y a la falta de ocupación y sus consecuencias.

Redacción

 Síguenos en Facebook
 Síguenos en Twitter
 Síguenos en Instagram