26/07/2014

Conocer a una persona de la que podrías llegar a enamorarte

El proceso de enamoramiento es muy complejo. En ocasiones, no estás enamorado aunque conoces a alguien de quien podrías llegar a enamorarte porque esa persona tiene cualidades que admiras y porque te sientes bien en su compañía.

El amor como tal es imprevisible. Existen flechazos que empiezan con fuerza y acaban con la misma rapidez con la que comenzaron. Por el contrario, existen sentimientos que son más lentos y crecen con más fuerza porque sus raices se asientan en una verdad más profunda. ¿Qué hacer cuando conces a una persona de la que podrías llegar a enamorte?

No planifiques nada

Existe una máxima importante en cualquier ámbito de la vida, también en el amor: vive el ahora. Disfruta de cada día. Déjate sorprender por la vida puesto que en cualquier ámbito te depara sorpresas maravillosas: también en el ámbito sentimental. Sensaciones, emociones e ilusiones que llenan tu vida de buenos recuerdos.

Cuidado con los miedos

Con frecuencia, cuando una persona se encuentra frente a otra de la que podría llegar a enamorarse, poner freno a sus sentimientos por miedo a que algo salga mal o a repetir un fracaso sentimental. Cuando los miedos limitan nuestra vida estamos dejando que algo inferior a nosotros mismos controle nuestro impulso de felicidad. Tú eres más fuerte que tus miedos, por tanto, lucha por lo que quieres.

Tiempo al tiempo

Vivimos en una sociedad que da un valor muy importante a lo inmediato cuando en realidad, es importante que respetes tus tiempos para sentirte cómodo en cualquier historia. Puedes tomarte tu tiempo para resolver tus dudas, sabiendo que a veces ese tiempo también se agota si la otra persona se cansa de esperar. Todo es muy complejo porque en el amor no sólo importa lo que tú quieres sino que también, es importante el otro. Y las piezas del puzzle no siempre encajan.

Es necesario que observes si esa persona te conviene o no porque en el caso de que creas que no te hace bien, es preferible que te distancies.

Por Maite Nicuesa

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