09/11/2016
Cómo supervisar a nuestros hijos en internet sin invadirlos
En este mundo híperconectado, pretender que niños y adolescentes estén absolutamente excentos de la vida on line es absurdo. Sin embargo, los padres debemos protegerlos de los peligros y comportamientos inadecuados.
¿Cómo preservar a nuestros hijos sin violar su privacidad? ¿Cuánto tiempo pueden o deben permanecer delante de la pantalla? ¿Debo o no debo revisar sus redes sociales? ¿Cómo controlar que no vean sitios no aptos para menores?
Claves para orientar y cuidar las costumbres de los niños en internet
La relación entre los chicos y la tecnología ya es una fusión imposible de quebrar. Ellos son nativos digitales y consideran a los dispositivos como parte de sus juguetes y pasan gran parte del día conectados a Internet. Demonizar la tecnología, no es la solución para que los más jóvenes sean prudentes en su uso y sean conscientes de los riesgos a los cuales pueden exponerse. En la educación está la clave.
Entonces, ¿cómo advertir correctamente los peligros a los que pueden estar expuestos? ¿Cómo prevenir? El peligro de la tecnología no está en la tecnología en sí misma, sino en cuál es el rol de los padres y la mejor manera de poner límites sin que se convierta en una invasión extrema de su privacidad.
Algunas pautas para orientar a padres e hijos
Primero que nada, dar el ejemplo. No se puede poner límites con el celular en la mano, ni estar hiperconectados a la hora de reunirse en familia. Los niños aprenden más por nuestra conducta que por nuestras palabras.
El primer teléfono móvil de los niños no debería ser de alta gama y la edad adecuada para tenerlo es a partir de los 12 años. De esa manera, ellos pueden llamar o enviar un simple mensaje a sus padres, o sea darle el uso principal que tiene este dispositivo, que en los últimos años se utiliza en un 80% como una computadora portátil llena de aplicaciones para todo tipo de actividades.
En lo posible, ser "amigos" de nuestros hijos en las redes sociales. Cuidaremos así el mundo privado de nuestros hijos y lograremos que puedan sostener la diferencia entre el afuera y el adentro, sobre todo si son menores de 13 años. También estar al tanto de las apps más utilizadas por ellos, aunque los adultos no comprenden bien el sentido de alguna de ellas, como por ejemplo Snapchat.
Usar las posibilidades técnicas. La mayoría de las aplicaciones actuales pueden personalizarse para que el uso de los menores esté de acuerdo con los criterios paternos. Aplicaciones como antivirus, ad-blockers como también hardware y aplicaciones para filtrar el contenido al que pueden acceder son muy utilizadas en la actualidad, de tal manera que pueden negar el acceso a lugares de contenido inconveniente para su edad.
Tiempos claros. El tiempo en frente a una computadora o televisor no debe ser indefinido. Los especialistas sugieren un máximo de dos horas contínuas, sobre todo en los más pequeños.
Equilibrar el uso de los canales de comunicación. Los menores han interiorizado las nuevas tecnologías en sus relaciones por lo que el uso del móvil o el chat forma parte natural de las mismas. Es importante es que no terminen dedicándole más tiempo a esos modos virtuales de relación que no implican un contacto directo, pues es en éstos donde se produce un intercambio real, no exagerado, de emociones.
Evitar el aislamiento. A veces, el uso constante de la tecnología propicia conductas antisociales. Hay que fomentarles el deporte, juegos en equipo y actividades sociales.
Conocer a sus ciberamigos. Los padres deben conocer a sus ciberamigos, del mismo modo que le presentan a otros amigos del "mundo real".
Educar sobre la privacidad. Que no faciliten nunca los datos personales ni sus contraseñas a nadie por Internet, como no harían en la vida real.
Bases de confianza. Lo mejor es negociar el tiempo que se dedica a cada cosa con conocimiento de lo que significa y sobre la base de la confianza.
Fomentar la comunicación "cara a cara". El contacto virtual nunca reemplazará al encuentro "cara a cara": la mirada, las emociones o los afectos no podrán ser nunca trasmitidos por una máquina.
La educación de los niños también es fundamental en los nuevos desafíos que imponen los nuevos tiempos. Si no nos ocupamos de ver cuál es su relación con la tecnología, estaremos excluyendo parte importante de uno de sus principales vehículos de socialización en la actualidad. Comunicarse, educarlos, tenerles confianza es la clave.
Redacción
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