28/09/2017

Cómo lograr el control emocional

Así es, somos lo que pensamos. Por eso no vienen nada mal estas recomendaciones.

Las emociones nos acompañan en las distintas circunstancias que vivimos a diario. Unas más emotivas que otras, pero a fin de cuentas, caracterizan al ser humano por naturaleza.

Sin embargo existen técnicas que pueden aplicarse para que éstas no nos jueguen una mala pasada, y la persona logre el control emocional. Es muy sencillo, el primer paso es comprometerse consigo mismo y avanzar. El cambio será apreciable, sobre todo percibido por ti, recuerda que eres tu mejor proyecto y mereces lo mejor.

Canaliza la energía

Vete a correr, realiza ejercicio, canta, pinta, actúa, concéntrate en algo que te guste y desplaza el cúmulo de pensamientos negativos que generan estrés y ansiedad, o por qué no, tristeza, que igualmente desgasta al ser humano, repercutiendo en su salud mental. Así pues dile adiós, aunque sea momentáneamente. De esta manera y de a poco superarás la situación; es como subir una escalera, paulatinamente, pues de forma abrupta significaría no permitirte vivir el duelo. Eres de carne y hueso, permítete.

Pensamiento positivo desde primera hora

Cuando recién dices "hola" al nuevo día, tu inconsciente está alerta, así que puedes crear tu día con base en cómo te sientas y en todo lo que pienses a primera hora del día. Por eso antes de salir a tus labores, tómate un tiempo para quererte, tomar un buen desayuno, meditar, escuchar una canción de tu agrado que te recuerde que la vida es hermosa, y no que te manejes en una tensión constante enfatizándote que vas a un trabajo, a un deber y que por demás vas contra reloj. Duerme bien, mereces un sueño reparador, para comenzar el próximo día con la mejor energía.

Date el lapso de hacer estiramientos, recuerda tomar un vaso de agua para que tu organismo comience a trabajar de forma óptima, vive con pausa, pues si quieres lograr quietud y paz, no puedes estar corriendo desde que sale el sol.

Sustituir lo negativo por lo positivo

Dale la vuelta absoluta a la situación. Practica el reenfoque y hasta ríete de ti. Qué tal si cuando dices por las mañanas “que ojeras tengo, mi cabello está horrible”, es sustituido por: “mi piel amaneció hermosa, mi cabello está cada vez más atractivo, incluso cuando está enredado”.

“Está lloviendo, que día tan triste y frio”, en su lugar puedes expresar: “este día me va bien para lucir mi mejor chaqueta, tomar un té caliente, y disfrutar de la calefacción o de una fogata”.

“Que mal mi día de trabajo, cada vez es más pesado”, sustitúyelo por: “Fue un día maravilloso, mi empleo es genial y cada vez avanzo y crezco laboralmente”.

Percátate y detente

Si estás en el proceso de conocerte y llevas tiempo en ese camino, cada vez será más fácil saber cuándo y por qué te sobresaltas, estresas o entristeces, es allí cuando puedes decir: “calma, yo puedo, todo está bien”. Respira y te alejas de la situación, incluso puedes analizar el instante y saber que si la otra persona está alterada, no tienes que compartir esa emoción. Deja que haga catarsis, no te incluyas en su cuadro, déjala hablar, y mantén tu postura, lo mejor es guardar silencio y retomar la conversación cuando los ánimos se calmen, así te expresarás mejor.

Pregúntale con un tono amigable, "¿has culminado con todo lo que querías decirme? Iré por algo de tomar, y en un rato, regreso para decirte lo que pienso, en este momento no quisiera expresarlo, pero todo estará bien".

Consciente del aquí y el ahora

Ningún momento es de tu absoluto control, pero no pierdas tiempo queriendo saber o esquematizar con extrema exactitud cómo será el mañana, eso trae afán, ansiedad, y hasta miedo, el único instante en el que puedes saber cómo actuar es aquí y ahora, disfrútalo, y no te pidas perdón mañana, frente a un espejo porque hoy no disfrutaste tu vida, por preguntarte si mañana sería un día soleado o frío, si te enamorarías o permanecerías contigo mismo, si tienes dinero para ir de compras en navidad o si tus parientes te visitarán en año nuevo, la vida es en este momento, si hoy hace sol, ve a la playa sin pensarlo tanto, si hay lluvia disfrútala por la ventana junto con un libro y un chocolate, si tienes dinero para darte un gusto que no afectará tu bolsillo, ve por esos zapatos que te deslumbraron, el día especial no tiene que ser tu cumpleaños, si tienes a tu familia o amigos invítalos a tomar un café.

Vamos, conócete, agradece por tus emociones, canalízalas y sé feliz!

Por Chaimar Mojica

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