11/05/2020
Cómo llevar una dieta equilibrada en cuarentena
La fórmula nutrición consciente, ejercicio físico y control de emociones ayuda a disminuir los efectos perjudiciales de los malos hábitos alimenticios adquiridos en esta época.
En tiempos de confinamiento social es más complejo llevar adelante una dieta más saludable y lograr el equilibrio necesario para nuestro organismo.
Ya sea porque estamos modificando los horarios de las comidas diarias, porque nos alimentamos con pocas cosas que encontramos en nuestro hogar, o porque estamos explotando un costado culinario con recetas abundantes en azúcar y grasas, varias son las razones de estos desequilibrios.
Al mismo tiempo, el auge de los videos de rutinas y ejercicios y las dietas intensivas se propaga fácilmente para hacer frente a los problemas alimenticios y lograr "estar más en forma" o adelgazar.
Sin embargo, para algunos nutricionistas, las dietas más restrictivas pueden producir los efectos más contraproducentes, a veces por el "efecto rebote" que provocan una vez terminada o bien, por la falta de incorporación de nutrientes esenciales.
Es justamente la idea de "volver a aprender" a comer la que va sumando fuerza entre los especialistas de la alimentación, quienes también consideran que las "dietas exageradas"; muchas veces promovidas en redes sociales o blogs, son potencialmente peligrosas.
Es necesario, entonces, "reeducarnos" en el consumo consciente de alimentos para llevar una dieta equilibrada en cuarentena y promover hábitos más saludables, especialmente en esta época. En ese sentido, entran en la ecuación tanto una buena nutrición, el ejercicio diario y hasta las emociones.
La fórmula empieza con un equilibrio entre estos aspectos: se trata de establecer metas alcanzables y lograr día a día pequeños avances que puedan ser sostenidos a lo largo del tiempo y que permitan los resultados deseados.
En cuanto a la alimentación consciente, el período de cuarentena puede representar un buen pretexto para volver a la comida casera y cuidar lo que incorporamos en ese aspecto.
Podemos de esa forma, además, reducir los gastos al cocinar y freezar para más adelante; evitar el consumo de delivery, así como de alimentos procesados; darnos más espacios para comer en familia, lo que favorece la digestión, y promover hábitos más saludables.
Es necesario, también, realizar las cuatro comidas del día y tratar de no olvidarnos de ninguna, eso hace que no comamos cosas innecesarias en el medio y nos permite sumar diversidad a los alimentos. Asimismo, no olvidarnos de tomar agua y reducir la cantidad de sal agregada.
En esta línea, el desayuno es el rey, nos da la energía que vamos a gastar durante el día y es muy importante que sea abundante y sano. Para las demás instancias, mientras más colores tengan los platos, mejor, ya que eso es un indicador de mayor cantidad de vitaminas y minerales.
En ese sentido es importante estar organizados previamente y armar la lista del supermercado con consciencia. Elegir productos más variados y sanos que podamos utilizar en varias comidas y buscar incorporar muchas frutas y verduras.
En tanto, la actividad física es otro componente de esta ecuación. Es fundamental realizar varias veces a la semana rutinas y circuitos. Muchos de ellos no requieren grandes espacios ni elementos que no podamos encontrar en nuestra casa.
El ejercicio diario, especialmente para quienes desde sus casas continúan con sus tareas laborales, es el mejor remedio para el sedentarismo. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad a nivel mundial.
Por último, las emociones también forman parte de la fórmula para llevar una dieta más saludable en estos tiempos. Muchas veces suelen ser subestimadas como factor clave en nuestra salud física, además de la mental.
Sobre todo en período de confinamiento, la ansiedad, la incertidumbre, el temor -e incluso el aburrimiento- toman un papel importante y eso produce desórdenes en los hábitos alimenticios. Asimismo, algunas emociones que no son debidamente trabajadas se traducen en enfermedades o en cambios notables en nuestro cuerpo físico.
Las meditaciones son un buen método para aminorar las consecuencias de tales emociones. Con sólo 30 minutos al comienzo y/o al final del día se pueden percibir grandes cambios. Pero, como todo proceso, hay que interiorizarlo y lograr el hábito de hacerlo todos los días para ver resultados.
Es esencial entonces equilibrar estos tres aspectos en nuestro día a día y ser conscientes de la alimentación que llevamos a cabo. Podemos aprovechar esta época de confinamiento en nuestras casas para comenzar a mejorar nuestros hábitos de salud y "reeducarnos" para llevar un mejor estilo de vida.
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