08/09/2024

¿Cómo diferenciar entre resfrío, alergia o gripe?

¿Resfrío, alergia o gripe?" es una pregunta que muchos se hacen cuando comienzan a sentirse mal y presentan síntomas como goteo nasal, tos o dolor de garganta.

Estos padecimientos suelen confundirse porque comparten varios signos, pero hay formas claras de diferenciarlos. Reconocer las características específicas de cada uno es clave para evitar la automedicación, que puede empeorar la situación en lugar de resolverla.

Diferenciar entre resfrío, gripe y alergia es crucial para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones

Cuando los síntomas comienzan, es común dudar si se trata de un resfrío, gripe o una alergia. La doctora Teresa Hauguel, experta en enfermedades infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, destaca la importancia de identificar correctamente el problema para evitar el uso innecesario de medicamentos. “Si sabe lo que tiene, no tomará medicamentos que no necesita, que no son eficaces o que incluso podrían empeorar sus síntomas”, menciona Hauguel, subrayando que automedicarse no es una buena opción.

Tanto la gripe como el resfrío y las alergias afectan las vías respiratorias, pero sus causas y manifestaciones son distintas. Mientras que la gripe y el resfrío son causados por virus, las alergias son una respuesta del sistema inmunológico ante agentes como el polen o la caspa de mascotas.

Los síntomas de la gripe, el resfrío y las alergias

Hauguel explica que la gripe suele presentar síntomas más intensos que el resfrío. Los signos más comunes incluyen fiebre alta (de 38 grados o más), dolor de cabeza, fatiga extrema, congestión nasal, tos, dolor muscular y un malestar general que puede durar varios días. La fiebre es un síntoma clave que distingue a la gripe de los resfríos y las alergias. En cambio, los resfríos presentan síntomas más leves y se resuelven en menos tiempo, generalmente sin fiebre.

Por otro lado, las alergias no son provocadas por virus, sino que son una reacción del sistema inmunológico a sustancias inofensivas para la mayoría de las personas, como el polen o la caspa de animales. Estas sustancias, conocidas como alérgenos, desencadenan una respuesta exagerada en las vías respiratorias, causando congestión nasal, goteo, y en algunos casos, picazón y lagrimeo en los ojos, un síntoma que no es habitual ni en la gripe ni en los resfríos. Las alergias también suelen ser más persistentes, durando semanas o incluso meses, mientras la persona esté expuesta al alérgeno.

¿Cuánto duran los síntomas?

Una de las principales diferencias entre estos trastornos es su duración. Los resfríos y la gripe raramente duran más de dos semanas. En cambio, los síntomas de la alergia pueden mantenerse durante seis semanas o más, especialmente en estaciones como la primavera, cuando los niveles de polen son más altos. Si los síntomas persisten por varias semanas, es más probable que se trate de una alergia.

Para tratar los resfríos o la gripe, el descanso y una buena hidratación son esenciales. Si es gripe, los analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno pueden ser útiles para controlar la fiebre y los dolores. Por el contrario, las alergias requieren un tratamiento específico, como antihistamínicos o aerosoles nasales, siempre bajo la supervisión de un médico.

El impacto del cambio climático en las alergias

El cambio climático ha tenido un fuerte impacto en las alergias estacionales, extendiendo las temporadas de polen y aumentando su intensidad. Según la Academia Norteamericana de Asma, Alergia e Inmunología, el aumento de las temperaturas y las variaciones en las precipitaciones afectan la producción de polen de árboles, pastos y malezas, lo que intensifica los síntomas de alergias respiratorias como la rinitis, la conjuntivitis y el asma.

Las personas más vulnerables a estos cambios incluyen niños, adultos mayores y quienes ya padecen afecciones respiratorias como el asma. Estas poblaciones corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves debido a la mayor exposición a alérgenos en el aire. La combinación de altos niveles de polen y un sistema inmunológico sensible puede desencadenar síntomas más severos que los habituales.

Alergias en primavera: un problema persistente

La primavera es, sin duda, la temporada más complicada para los alérgicos. Durante esta época, los árboles, malezas y pastos liberan millones de partículas de polen, que se esparcen por el aire y pueden ser inhaladas, desencadenando reacciones alérgicas en personas sensibles. La Sociedad Argentina de Pediatría menciona que es casi imposible evitar el contacto con el polen en primavera, lo que agrava los cuadros alérgicos en muchas personas.

El sistema inmune de una persona alérgica reacciona ante el polen, desencadenando síntomas como estornudos, congestión nasal, picazón en los ojos y en algunos casos, asma. Estas reacciones no se producen en personas sin alergias, ya que su sistema inmunológico no responde de manera tan intensa ante la exposición al polen.

Cómo prevenir y aliviar los síntomas de alergia

Aunque evitar el polen por completo es casi imposible, existen algunas medidas que pueden ayudar a reducir los síntomas de las alergias primaverales. El doctor Pablo Moreno, presidente de la Fundación Argentina de Alergia, recomienda estar informado sobre los niveles de polen en el ambiente. Existen aplicaciones y sitios web especializados que ofrecen pronósticos diarios sobre la concentración de polen en el aire, lo que permite tomar precauciones adicionales durante los días con niveles altos.

Algunas de las recomendaciones más efectivas para prevenir las alergias incluyen:

  1. Evitar actividades al aire libre en las primeras horas de la mañana y durante el atardecer, momentos en los que la concentración de polen es más alta.
  2. Usar anteojos de sol y mascarillas al salir para reducir el contacto del polen con los ojos y las vías respiratorias.
  3. Si se viaja en auto, mantener las ventanillas cerradas y el aire acondicionado encendido, con filtros limpios para evitar que el polen entre al vehículo.

El uso de antihistamínicos o aerosoles nasales preventivos también puede ser de gran ayuda, pero siempre deben ser indicados por un médico. En algunos casos, puede ser necesaria la inmunoterapia, un tratamiento a largo plazo que busca desensibilizar al cuerpo ante los alérgenos.

El doctor Moreno también advierte sobre los peligros de la automedicación, ya que muchas personas tienden a subestimar sus síntomas o recurren a medicamentos de venta libre sin la orientación adecuada. Esto puede llevar a complicaciones, sobre todo si se usan medicamentos inadecuados o en dosis incorrectas.

Redacción

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