17/05/2024
Cinco claves del método Montessori para una crianza respetuosa
Esta estrategia pedagógica se centra en el descubrimiento del mundo por parte de los niños en sus propios términos. Cómo aplicarla en casa para fomentar nuevas habilidades.
El método Montessori, desarrollado por Maria Montessori a principios del siglo XX, es una filosofía educativa que se ha destacado por su enfoque en el desarrollo natural y la experimentación de los niños. Esta metodología se centra en el niño y su crecimiento integral, promoviendo la independencia, el respeto, la observación y el aprendizaje a su propio ritmo. En lugar de seguir un enfoque tradicional, el método Montessori pone al niño en el centro del proceso educativo, permitiéndole explorar y aprender de manera autónoma.
Una de las frases más célebres de Maria Montessori es: "Nunca ayudes a un niño mientras está realizando una tarea en la que siente que puede tener éxito". Este principio destaca la importancia de permitir que los niños hagan las cosas por sí mismos, fomentando su independencia y autoconfianza. Para aplicar el método Montessori en el hogar, los padres pueden adoptar varias estrategias que promuevan estos valores fundamentales. Aquí se presentan cinco claves esenciales del método Montessori que pueden ser implementadas en la crianza diaria.
1. Fomentar la Independencia
Montessori enfatiza la importancia de permitir que los niños hagan cosas por sí mismos desde una edad temprana. En la crianza, esto se traduce en darles oportunidades en el hogar para que participen en tareas adecuadas para su edad, como vestirse, preparar snacks simples y ayudar en las tareas domésticas. Este enfoque no solo mejora sus habilidades prácticas, sino que también les proporciona un sentido de logro y autoconfianza.
Peter Gray, profesor investigador de psicología y neurociencia en el Boston College, sostiene que una de las principales causas del aumento de los trastornos mentales es la disminución de las oportunidades para que los niños y adolescentes jueguen y realicen actividades independientes de la supervisión adulta. Las actividades independientes fomentan el bienestar mental y emocional, proporcionando satisfacción inmediata y a largo plazo.
Para implementar este principio, los padres pueden adaptar el entorno del hogar para que sea seguro, accesible y estimulante para los niños. Esto implica organizar las habitaciones, especialmente las áreas de juego, de manera que los muebles y materiales estén a la altura de los niños, permitiéndoles explorar y utilizarlos de forma independiente. En la cocina, por ejemplo, se puede tener una estantería baja con platos, vasos y utensilios que el niño pueda usar. En el cuarto de juegos, asegúrate de que los juguetes estén organizados y sean fácilmente accesibles.
2. Crear un Ambiente Preparado
El entorno en el que el niño se desarrolla es crucial para el método Montessori. Un ambiente preparado no solo se refiere al espacio físico, sino también a las personas con las que el niño se relaciona y las actividades que realiza. La idea es crear un entorno que fomente la exploración, el descubrimiento y el aprendizaje autónomo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un hogar saludable es aquel que brinda seguridad y protección, ofrece intimidad, es confortable y contribuye al bienestar de todos sus habitantes. Por lo tanto, no solo las condiciones materiales, sino también las emocionales son importantes para la crianza.
Luz natural, materiales naturales, camas cerca del suelo, espejos para el reconocimiento propio, bibliotecas y mesitas a la altura de los niños son algunos puntos de partida para adaptar el hogar. El diseño del espacio puede ayudar a los niños a relajarse o a apoyar un estado mental creativo. Cada aspecto del entorno influye en determinados procesos cerebrales, vinculados al estrés, la emoción y la memoria, según la neurocientífica Eve Edelstein.
3. Observar y Respetar
La crianza Montessori implica escuchar activamente a los niños y observar sus intereses y necesidades sin imponer o interrumpir innecesariamente. Este enfoque promueve una relación de respeto mutuo y comprensión. Cada niño tiene un ritmo diferente y los adultos deben respetarlo, evitando intervenir o hacer las cosas por el niño, ya que esto obstaculiza su aprendizaje y provoca sentimientos de inferioridad y frustración.
El principio se basa en reconocer y tratar al niño como un individuo con sus propios pensamientos, deseos y necesidades, en lugar de minimizarlos o ignorarlos. Esta actitud de respeto y observación permite a los padres identificar las áreas de interés del niño y proporcionarle los recursos y actividades adecuados para fomentar su curiosidad y aprendizaje.
“Cuando mis hijos cruzan la puerta, en vez de preguntarles: ‘¿Qué tal te fue en el examen de inglés?’, ahora les pregunto: ‘¿Qué comiste a la hora de recreo?’. Les hablo de cosas que no tienen nada que ver con sus logros escolares”, explicó Breheny Wallace, periodista e investigadora experta en crianza de Harvard. Este cambio en la forma de interactuar con los niños puede fortalecer el vínculo emocional y promover un ambiente de confianza y respeto.
4. Aprendizaje Autodirigido
En la pedagogía Montessori, el aprendizaje se guía por los intereses del niño. Los padres pueden aplicar este principio observando y proporcionando recursos o actividades que se alineen con los intereses y pasiones actuales del niño. Se les da la libertad de elegir sus propias actividades y trabajar en ellas a su propio ritmo. Este enfoque ayuda a cultivar una actitud positiva hacia el aprendizaje, fomentando la curiosidad natural y la motivación intrínseca.
Los materiales Montessori están diseñados específicamente para fomentar el aprendizaje concreto y sensorial. Son auto-correctivos, lo que significa que permiten al niño identificar y corregir sus errores de forma independiente. Esta característica promueve la autoconfianza y el pensamiento crítico.
Según un artículo publicado por la UNAM, el aprendizaje autodirigido está presente en todo momento de la vida académica y personal, y permite que una persona desarrolle una fuerte tendencia a la autodirección, trasladando su aprendizaje a contextos nuevos y poco familiares. Este enfoque educa a los estudiantes no solo en contenidos específicos, sino también en competencias como la planificación y evaluación de su propio aprendizaje, la gestión de sus tiempos y motivaciones, y el desarrollo de una autoconfianza basada en el logro de competencias.
5. Conexión con la Naturaleza
Maria Montessori enfatizó la importancia de la naturaleza en el desarrollo del niño. La crianza Montessori busca crear oportunidades para que los niños interactúen con el entorno natural, aprendan de él y desarrollen un respeto profundo por el mundo vivo. Esto puede incluir actividades al aire libre, el cuidado de plantas y animales, el mantenimiento de huertas y la exploración de entornos naturales.
“La jardinería puede ayudar a que los niños pequeños aprendan cómo cultivar y cuidar las cosas. Pueden descubrir que disfrutan comiendo las frutas y verduras que ellos mismos cultivaron. Y podría gustarles comer alimentos que saben que son buenos para ellos”, señaló el Dr. Philip Smith, jardinero aficionado de larga data que supervisa las investigaciones sobre obesidad en los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH).
Un estudio reciente en Islandia explica que pasar tiempo al aire libre en la naturaleza y participar en actividades en el entorno natural puede tener un impacto positivo considerable en el bienestar. La interacción con la naturaleza no solo mejora la salud física, sino también la mental y emocional, proporcionando un espacio para el aprendizaje y la reflexión.
Implementación Práctica del Método Montessori en el Hogar
Para implementar el método Montessori en el hogar, los padres pueden seguir varios pasos prácticos. Primero, es importante crear un ambiente preparado que sea seguro y estimulante para los niños. Esto incluye organizar el espacio de manera que los materiales y juguetes estén a su alcance, y utilizar muebles y objetos de tamaño adecuado para ellos.
Segundo, los padres deben fomentar la independencia permitiendo que los niños participen en tareas diarias y les den responsabilidades acordes a su edad. Esto no solo mejora sus habilidades prácticas, sino que también fortalece su autoconfianza y sentido de logro.
Tercero, es crucial observar y respetar los intereses y ritmos individuales de los niños. Los padres deben proporcionar oportunidades de aprendizaje que se alineen con los intereses del niño y permitirles explorar a su propio ritmo.
Cuarto, promover el aprendizaje autodirigido mediante el uso de materiales Montessori que sean auto-correctivos y sensoriales. Estos materiales ayudan a los niños a aprender de manera concreta y a desarrollar habilidades de resolución de problemas.
Finalmente, los padres deben fomentar una conexión con la naturaleza, creando oportunidades para que los niños interactúen con el entorno natural. Esto puede incluir actividades como la jardinería, el cuidado de animales y la exploración de la naturaleza.
Redacción
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