22/01/2013
Baja el índice de tabaquismo en la Argentina
Ciudad libre de humo, tratamientos gratuitos y eficaces en hospitales públicos, campañas de concientización y advertencias sobre los potenciales riesgos fatales del tabaquismo en las cajas de cigarrillos.
Acciones que tuvieron su efecto y exhiben cómo cuando el sector público y privado se involucran en la prevención y en la cura de adicciones o enfermedades, los beneficios impactan de forma favorable en el estado de salud de la población. En los últimos tres años el Gobierno nacional intensificó una serie de medidas y campañas preventivas con el fin de descender el índice de tabaquismo en el país y evitar potenciales adictos al cigarrillo. El resultado fue: desde 2009 a 2012 más de 700.000 argentinos dejaron de fumar y siete de cada 10 fumadores están pensando en dejarlo. Los resultados surgen de la última la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos (EMTA) , realizada por primera vez en la Argentina por parte del Ministerio de Salud de la Nación y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El descenso en la estadística de fumadores en el país es del 22,8% en la población mayor a los 18 años. La variable que mayor impacto tuvo en los fumadores argentinos para dejar el hábito fue la motivación personal y la toma de conciencia. La investigación reveló que el 89,2% de las personas que dejaron de fumar, lo hicieron por iniciativa propia y sin ayuda. En cambio, el 3,1% utilizó medicamentos, el 2,8% recurrió a alguna terapia alternativa, el 2,3% recurrió a los parches o chicles y el porcentaje restante eligió un servicio especializado. Si dudas, la gran mayoría de fumadores que abandonaron su adicción por motus propio lo hicieron motivados por la concientización real de los potenciales riesgos a la salud en el presente y en el futuro. Las campañas informativas, preventivas y las diversas medidas que prohíben fumar en espacios cerrados impactaron de manera favorable sobre el descenso del índice de tabaquismo en el país.
Las estadísticas son una muestra sobre cómo cuando existe la férrea voluntad pública de prevenir, solucionar o abordar los problemas sanitarios o los vinculados a la adicción, la población responde. En este marco, subyace la pregunta ¿por qué este tipo de acciones no se aplican en las adicciones a las drogas u otras problemáticas que atraviesan a la sociedad argentina de nuestro tiempo? La prevención y la educación son las herramientas con las que cuenta el Estado para cambiar la realidad de su país. Así, sucedió con el tabaquismo. Todavía la adicción a las drogas, encuentra un silencio sugerente y revelador que crece al compás del incremento del número de niños, adolescentes y adultos que caen en el consumo y abuso de estupefacientes. Una cuenta pendiente y urgente.
Acciones eficaces para dejar de fumar
En la actualidad, el abordaje del tabaquismo y la cura de su adicción comprenden diversos tratamientos cuya efectividad fue comprobada ante su impacto favorable en fumadores de distintas edades y nivel y años del consumo.
La Guía Nacional de Tratamiento de la Adicción al Tabaco del Ministerio de Salud de la Nación brinda distintas alternativas efectivas para combatir la adicción. Estas opciones son:
Escribir una lista de razones que justifican la decisión de abandonar el tabaquismo
Fijar una fecha de comienzo
Comunicarlo a la familia, a los amigos, a los compañeros de trabajo y todos quienes formen parte del entorno con el fin de asumir un compromiso real y sentirse sujeto a él.
Eliminar cigarrillos, ceniceros y encendedores presentes en el hogar
En las primeras instancias del tratamiento, evitar el consumo de café, alcohol, comidas abundantes y sobremesas extensas.
Además, durante la etapa inicial, se deberían exceptuar las salidas a aquellos sitios en los cuáles se fuma
Tomar abundante líquido
Tener a disposición banditas elásticas, clips o cuerpos sólidos para manipular cuando aparezcan las ganas de fumar
Premiarse por los logros, comunicarlos a la familia y a los amigos con el fin de compartir y reconfortarse con el apoyo de los afectos.
Beneficios a corto y largo plazo
Las consecuencias favorables para a la salud física y mental son inmediatas. Tan sólo a los 20 minutos se normaliza la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la temperatura de las extremidades.
A las 8 horas la respiración se torna más profunda y se optimiza la oxigenación pulmonar y a las 12 horas el paciente aumentará los niveles de oxigenación de la sangre y se normalizarán los niveles de monóxido de carbono.
Tras un día de dejar de fumar mejora la circulación venosa y a las 48 hs se recuperan los sentidos del gusto y del olfato, que habían disminuido sus niveles y calidad durante la adicción al tabaco.
Luego de tres días se normaliza la función respiratoria y se depura casi la totalidad de la nicotina del organismo. Pero, los máximos beneficios suceden transcurridos los tres meses, cuando disminuye el riesgo de sufrir de un infarto de miocardio ya que mejora la función pulmonar.
Los beneficios son inmediatos y su proyección a largo plazo salva la vida.
Eugenia Plano | www.vidapositiva.com
Síguenos en Facebook
Síguenos en Twitter
Síguenos en Instagram