11/10/2019

Argentina en OCDE, oportunidades de negocios sostenibles

“Las líneas directrices tratan de balancear el beneficio de la empresa multinacional con los intereses comunitarios”.

En el marco del XIII Congreso Internacional de Economía y Gestión “ECON 2019”, se llevó a cabo el panel Argentina en OCDE: oportunidades de negocios sostenibles. Desde la implementación de las Directrices OCDE hasta el proceso de incorporación. Organizado por el Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresarial y Capital Social (CENARSECS), tuvo lugar el pasado 2 de octubre, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en la Ciudad de Buenos Aires.

Presentado por el Lic. Julián D’Angelo, Coordinador Ejecutivo del CENARSECS, el panel estuvo conformado por Embajador Eduardo Tempone, Director de la Dirección Nacional de Relaciones Económicas Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación y Titular del PNCA (Punto Nacional de Contacto Argentino para Líneas Directrices de la OCDE); la Dra. María José Alzari, Asesora Senior en Empresa y Derechos Humanos, Area Legal & Compliance, del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible y el Dr. Juan Carraza, Jefe de Gabinete de la Subsecretaría representante ante la OCDE del Ministerio de Hacienda de la Nación. Además, el Dr. Héctor Larocca, Director del CENARSECS, se encargó de las palabras introductorias y agradecimientos finales del evento.

A su turno cada uno de los disertantes se refirió tanto a las Líneas Directrices de la OCDE como a la función de los Puntos Nacionales de Contacto, encargados de favorecer la eficacia de las LDEM en cada país adherente, así como también a las guías de debida diligencia, recomendaciones sectoriales que ayudan a las empresas a identificar y responder a los riesgos de impactos adversos que pueda generar su actividad.

Así, el Embajador Eduardo Tempone partió del entendimiento de que la operatoria de las empresas multinacionales en el extranjero tiene una función importante en el desarrollo económico de un país, pero, de la misma manera, puede causar efectos adversos, teniendo impacto en áreas donde hay un interés comunitario, como pueden ser los Derechos Humanos, el medioambiente o los intereses del consumidor, entre otros ámbitos que son de incumbencia de las LDEM. Señaló entonces que:

Las líneas directrices tratan de balancear lo que es el beneficio de la operatoria de una empresa multinacional con los intereses comunitarios. Son de naturaleza voluntaria, sin embargo cuando un Estado se adhiere a ellas debe establecer de forma obligatoria un punto nacional de contacto, una oficina donde la comunidad, un ciudadano, un sindicato, una ONG pueda presentar los reclamos frente a un supuesto prejuicio o un supuesto incidente negativo que se haya derivado de la actividad de una compañía multinacional.”

Y terminó subrayando: “La normativa, las recomendaciones, están dirigidas a los estados miembros de la OCDE, quien controla su cumplimiento. Una vez que esa recomendación se convierte en ley interna actúan los sistemas de control de cada país. La instancia que proveen las Líneas Directrices y el Punto Nacional de Contacto representan una apertura hacia la sociedad civil del control sobre la actuación, no ya de un estado, sino de una empresa que está sujeta a estos estándares, el acceso directo al reclamo. Es un instrumento potente. Hoy hay 36 países de la OCDE que suscriben a ello y 12 países no miembros que adhieren también, este es el caso de Argentina.”

Empresas, gestión responsable y reputación

Tanto el embajador Tempone como la Dra. María José Alzari indicaron que uno de los mayores intereses que impulsan a las empresas a actuar responsablemente es la reputación. Cuando existe un cuestionamiento a una empresa multinacional, la OCDE lleva a cabo informes, que son de acceso a la opinión pública, a través de su página web. Además la observancia o inobservancia de las directrices puede provocar que los países pierdan el apoyo de sus gobiernos para las misiones comerciales, es decir tiene efectos directos. Acerca de esto, la Dra. Alzari remarcó:

Para una empresa es de una extrema gravedad ser denunciada en un ámbito de Punto Nacional de Contacto de la OCDE. Es desbastador el efecto que tiene, no solo en cuanto a la reputación en forma general, o través de estas sanciones diplomáticas que el Estado de origen puede llegar a imponer, sino también en relación a otros actores que miran a la empresa. Me refiero a los bancos, al financiamiento. Tanto el Banco Mundial como la Corporación Financiera Internacional están contando con las normas ESG (por sus siglas en inglés) ambienteles, sociales y de gobernanza. Si bien no hablan estrictamente de Derechos Humanos, ni se refieren directamente a las líneas directrices de la OCDE, están pidiendo que las empresas que solicitan crédito demuestren el cumplimiento de estos estándares.”

Debida diligencia, ayudando a la empresa a identificar y responder ante los riesgos

En cuanto a la conducta empresarial responsable, la Dra. Alzari explicó que se ve plasmada en el proceso de debida diligencia, describiendo que se trata esencialmente de un proceso de análisis de riesgos:

“La debida diligencia parte de identificar principalmente dónde van a estar los riesgos de la empresa, a través de mecanismos de diálogo con sus grupos de interés. Esto no quiere decir que deban satisfacer las expectativas de todos estos grupos, pero sí deben gestionar todas esas expectativas. Después de identificar los riesgos se definen las acciones preventivas, luego se implementan y por último se comunican, revisando continuamente el proceso. Así, en caso que se genere algún tipo de vulneración frente a terceros, se puede responder ante esa situación. Siempre que una empresa tenga establecidos procedimientos preventivos fuertes va a tener capacidad de respuesta”.

Para resumir, afirmo que el gran desafío consiste en integrar estas agendas: los procesos de debida diligencia, la gestión preventiva y de respuesta y la mirada en la esfera de influencia y la cadena de valor.

Negocios sostenibles: la importancia de las instituciones

Para finalizar, el Dr. Juan Carranza, Coordinador en la representación ante la OCDE del Ministerio de Hacienda de la Nación, resaltó la necesidad del fortalecimiento de las instituciones para generar negocios sostenibles y caracterizó a la OCDE, de acuerdo con la definición acuñada por Michel Bachelet, como “casa de las buenas prácticas”. En ese sentido, luego de resaltar que los 36 países que integran la OCDE representan el 75% de la inversión extranjera directa y el 60% del comercio internacional y del PBI, afirmó:

“Las guías de debida diligencia y las directrices contienen lo que se conoce como negocios sostenibles, en línea también con los ODS. Pero además de cumplir con las pautas, hay que crear condiciones para que sean perdurables en el tiempo. Por eso es tan importante el ingreso a la OCDE, porque implica crear institucionalidad. Ese es el mayor valor agregado, de allí que sea necesario que el proyecto de acceso de Argentina a la OCDE sea una política de Estado, es estratégico para el país".

¿Qué son las Líneas Directrices de OCDE? Las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales (LDEM) son recomendaciones que este organismo económico internacional destina a las compañías multinacionales que operan en países adherentes o que tienen su sede en ellos. Nuestro país es signatario de las Directrices desde 1997, lo que implica el compromiso de promover una serie de principios y disposiciones no vinculantes para una conducta empresarial responsable, dentro del contexto global, conformes con las leyes aplicables y las normas reconocidas internacionalmente. En el año 2006 se estableció el Punto Nacional de Contacto Argentino y en 2018 se creó un consejo consultivo en el cual están representados las empresas, los sindicatos, las ONGs y la academia, donde el CENARSECS actúa como representante de este último sector.

Redacción

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