13/01/2017
10 hábitos que anulan tu productividad
Ser productivo en una época en donde la sobreinformación abunda, parece ser todo un reto.
Las distracciones tecnológicas, las constantes quejas, el desorden y la falta de descanso son algunos de los factores que eliminan nuestro máximo potencial a la hora de realizar tareas diarias.
Hoy no sirve decir que “haremos algo”, sino que deberemos hacerlo (y terminarlo). Y bajo ese esquema, hay varias prácticas que realizamos incluso de manera inconsciente: estos mismos hábitos son los que nos desenfocan y nos impiden ser eficientes.
¿Alguna vez has pensado por qué no puedes terminar la mayoría de las cosas que te propones? Eso sucede porque tenemos naturalizados ciertas costumbres que impiden que trabajemos bien y en orden.
Estos son los 10 hábitos que anulan la productividad:
1. Pensar únicamente en el futuro
Aunque no es una mala idea proyectar, sí lo es pensar únicamente en lo que pasará en un futuro que hoy es incierto. Debemos empezar a vivir en el “aquí y ahora”, trabajando en mejorar nuestro presente y los aspectos de nuestra vida actuales, y no malgastar tiempo y energía pensando en qué es lo que sucederá y cómo sucederá.
Las preocupaciones por lo que nos traerá el futuro y lo que nos dejó el pasado son muy comunes, y desestima la importancia de actuar, hablar y pensar en el tiempo presente. Al vivir en el hoy, podremos trabajar para conseguir un mejor mañana.
2. Distracciones tecnológicas y notificaciones activadas
La tecnología es sin duda un arma de doble filo: nos conecta y nos desconecta continuamente. Debemos saber utilizarla a nuestro favor y de manera prudente, sin ser dependientes de ella pero aprovechándola como una útil herramienta.
En vez de desperdiciar el tiempo viendo las novedades de nuestros amigos en las distintas plataformas y redes sociales, podemos aprovechar los minutos libres consultando aplicaciones de tareas, citas, obligaciones, y más. Aquí es donde las notificaciones nos juegan en contra: las alertas en nuestro móviles y pc nos distraen siempre. La mejor solución es silenciarlas mientras trabajamos para que no enfocarnos en ellas.
3. Multitasking
Tenemos la falsa creencia de que realizando varias tareas a la vez estamos ahorrando tiempo. Pero paradójicamente el resultado de hacer muchas cosas al mismo tiempo, o multitasking, es el contrario: dejamos las cosas por la mitad, y las realizamos con mucha menos calidad.
Aunque parezca que no es así, realizar una cosa a la vez terminará siendo mucho más productivo y rendirá mucho mejor que intentar resolver todo paralelamente. Suele suceder que debemos volver a empezar con nuestras tareas si hacemos multitasking, lo que implica mucho tiempo perdido.
4. Atrasar decisiones
Mientras más tiempo posterguemos la toma de cualquier decisión, más tiempo malgastaremos buscando distracciones para no tener que pensar en ese problema. Si no estás seguro de qué camino elegir en una decisión, lo mejor será pensar en todas las posibles soluciones en vez de atrasar el problema.
5. Decir que “sí” a todo
Muchas veces respondemos que “sí” ante cualquier pedido de otra persona, solamente para no hacerla sentir mal ante nuestra negativa. Sucede que, al aceptar excesivamente consultas de los demás, estamos perdiendo tiempo valioso que tenemos para nosotros mismos y nuestro trabajo. Esto no quiere decir que debamos rechazar constantemente peticiones, pero sí valorar nuestras horas de trabajo y respetarlas de manera organizada para no atrasarnos.
6. Mucha comida chatarra
Ingerir alimentos inadecuados es pésimo, no solo para la salud, también lo es para la productividad. Mucha comida chatarra hace que nuestro sistema destine más energía en el proceso de digestión, energía que podría ser utilizada para cualquiera de nuestras tareas. Cuando ingerimos algo pesado, nos sentimos lentos todo el día y reducimos nuestra productividad.
7. Ser perfeccionistas
No está mal preocuparnos por los detalles de las cosas y querer que nuestras tareas estén bien realizadas. Pero el extremo es ser perfeccionistas: ocuparnos de que absolutamente todos los detalles estén bien al 100%. Eso solo significa tiempo perdido en nimiedades, creyendo que al hacer las cosas de esta manera seremos excelentes.
8. Preocuparse por las cosas equivocadas
Tareas que no son prioritarias, comentarios negativos de los demás, críticas y quejas. Esas son algunas de las cosas a las que debemos restarle importancia. Si nos ocupamos de aquellas cosas que no tienen valor, o las sobrevaloramos, estamos malgastando nuestro tiempo en detalles innecesarios.
9. Quejarnos demasiado
A veces, aún sin darnos cuenta, nos quejamos constantemente de muchas cosas, y desperdiciamos tiempo y energía en esto. En vez de simplemente quejarnos de una situación, podemos ir más allá y proponer soluciones y alternativas para la resolución de la misma.
10. No tomar descansos ni dormir lo suficiente
Trabajar excesivamente sin tomarnos períodos de descanso puede ser contraproducente: creemos que estamos ocupándonos y concluyendo tareas, pero en realidad estamos drenando nuestra energía para ser cada vez menos eficientes.
Lo mismo sucede si no dormimos lo suficiente todos los días. Nuestra mente no funciona en su máximo potencial teniendo pocas horas de sueño. Si descansamos las horas necesarias todas las noches nuestra productividad aumentará.
Por Barbi Alloati
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