Los argentinos prefieren el psicoanálisis

¿Por qué en esta parte del mundo hacer terapia es tan popular?

En algunos casos la fama no es puro cuento. El estereotipo del psicoanalizado en la Argentina no es cliché, es realidad.

La cultura popular es a veces tan sabia como cruel. "El mejor negocio del mundo es comprar un argentino por lo que vale y venderlo por lo que dice que vale", "Jesús era tan humilde que nació en Belén pudiéndolo hacer en Buenos Aires", así bromean en el mundo para definir a los argentinos y su ego. El narcisismo, la culpa, la inseguridad y esa sensación de neurosis permanente son una constante en los argentinos, que por sobre otros ciudadanos de mundo, eligen el diván para curar sus penas, complejos o heridas sentimentales.

"¿Lo hablaste en terapia? ¿Qué te dijo tu terapeuta?" son preguntas absolutamente frecuentes en una mesa de amigos en la Argentina y así lo demuestran las estadísticas. Según un relevamiento realizado por la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), en el país hay un psicólogo por cada 650 habitantes y la cifra trepa en Buenos Aires dónde hay un terapeuta cada 120 habitantes, lo que la convierte en la ciudad más adepta al diván junto con Nueva York.

Además, si bien en la Argentina existe un extenso desarrollo de diversas corrientes psicológicas, hasta el día de hoy Freud y Lacan siguen reinando en el consultorio. El 40 por ciento de los argentinos que asisten al psicólogo, optan por la terapia psicoanalítica, según APA.

¿Cuál es la causa de la predilección del argentino por el psicoanálisis?

En la década del ´60 el psicoanálisis se instala en la Argentina. En plena ebullición cultural, mientras nacía el rock nacional y los happenings del Instituto Di Tella eran la nueva tendencia de los artistas de la época, el psicoanálisis adquirió un prestigio inusitado que influyó en todas las áreas del saber. Desde entonces, la clase media adoptó el diván como una alternativa legitima para sanar sus trastornos afectivos.

En tiempos en los que el "perder el tiempo" es un pecado capital. En una época en la cual miles de gurús recomiendan fórmulas instantáneas para curar sus males en pocos días, el psicoanálisis se ubica prácticamente como una contracorriente entre las terapias de moda. Por ello, es llamativo que mientras en casi todo el planeta, los pacientes optan por psicólogos abocados a corrientes conductistas, cognitivas o gestálticas, el argentino siga optando por el psicoanálisis.

Así lo expone el Lic. Ricardo Sledes, quien afirma "hay algo muy extraño en los argentinos y su ligazón con el psicoanálisis. Todavía hay en la argentinidad una actitud de no someterse absolutamente a las exigencias del mundo actual. Los ideales de la sociedad de hoy exigen una mayor productividad en cada vez menos tiempo, lo que provoca que las personas se alejen de sus propios deseos para cumplir esos objetivos y por supuesto, las nuevas tendencias en psicología no escapan de este contexto". El argentino, a diferencia de otros pacientes del mundo, sigue eligiendo la opción psicoanalítica que implica una terapia que lejos está de soluciones urgentes y mágicas a corto plazo.

El Presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Andrés Rascovsky coincide con esta visión: "En el mundo vertiginoso de hoy, que busca mejorar la eficacia, mucha gente opta por estrategias que se ofrecen como breves pero no profundas, que no aportan a la comprensión de uno mismo y al incremento de la libertad interna y la posibilidad de que uno sea más dueño de su propio destino. Si el psicoanálisis es un movimiento revulsivo y contracultural, la psiquiatría y la medicación articulan mucho mejor con los valores convencionales. Vende más la promesa de que con una medicación uno cancela su angustia. Pero lo que se observa es que esos mecanismos, a la larga, fallan. Y no es un dato menor que en la Argentina se siga optando por el psicoanálisis"

Por otra parte, en el marco de las consultas psicológicas, los trastornos más frecuentes en los argentinos, según APA, son los llamados de carácter "afectivo". Las demandas de atención psicoanalítica se relacionan mayormente con problemas en la relación de pareja, los hijos o los padres; inconvenientes laborales o trastornos de alimentación.

La doctora Raquel Racovsky, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), destaca que los argentinos no tienen miedo a pedir ayuda. "Una particularidad del argentino y su relación con la terapia es su honestidad a la hora de confesar que necesita concurrir al consultorio psicológico. Mientras que en el resto del mundo existe una cierta vergüenza u ocultamiento de la consulta psicoanalítica, en la Argentina se expone con orgullo el concurrir a terapia para solucionar los problemas que se posean", afirma.

Entre historias e histerias, el argentino se psicoanaliza. El país que ostenta el mayor número de psicoanalistas del planeta todavía se acuesta en el diván y no tiene miedo en decirlo. Pero, algunos prácticamente todavía no se dieron cuenta que la puerta del consultorio debería abrirse para ellos. Entre heridas narcisistas y egos sobreestimados, a la clase política de los últimos tiempos bien le vendría revertir el acto fallido por una visita al psicoanalista. El ciudadano común ya lleva años en eso.

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