Alimentos que curan

La clave para evitar el estrés y las enfermedades reside en elecciones diarias, tan sencillas como poderosas, así lo afirma la técnica en salud Miriam Iconicoff.

La alimentación sanadora y saludable no es un invento de nuestro siglo sino una sabia y compleja práctica que encuentra sus antecedentes en la cultura oriental de hace cinco mil años atrás: las hierbas, las especias y las plantas aromáticas, por ejemplo, fueron desde siempre grandes aliadas para depurar y desintoxicar al organismo.

La cocina sanadora no es ni un misterio ni un secreto

Procura elegir los alimentos de manera consciente y selectiva para que provean bienestar y prevengan las enfermedades. El ritual del ayuno (que, en este caso, no significa no comer), por ejemplo, es un buen ejercicio para eliminar toxinas y depurar el hígado: durante el primer día se consumen jugos con vegetales verdes crudos, frutas e infusiones y, al día siguiente, arroz con gomasio, té de hierbas medicinales y alimentos alcalinizantes, como la avena, las almendras y las nueces.

Desmintiendo la fantasía de que la leche y los lácteos aportan grandes cantidades de calcio

"Los lácteos son para el lactante: los mamíferos adultos no se alimenten con leche, menos aún con leche de otras especies. Tienen su razón de ser mientras que el animal no come porque tiene su sistema inmaduro. Por otro lado, la vaca no toma leche para dar leche: come pasto crudo". Una rica fuente de calcio es el sésamo, que puede usarse para cocinar platos y panes e incluso para saborizar compotas con frutas y cereales.

Comer sano no sale mas caro

Otra discusión que surge ante la propuesta del reemplazo de alimentos procesados por orgánicos, es la motivada por el difundido e infundado prejuicio de que comer sano cuesta más (más tiempo, más dinero, más preparación). "Depende para quién: yo no tengo obra social y de ese modo ahorro una gran cantidad de dinero. Me hago una rutina de 67 protocolos una vez al año y he comprobado que mis valores mejoran progresiva y aceleradamente. Comer sano no sale más caro: hay que saber ser más selectivo y tomarse un poco más de tiempo". A cambio de esa inversión, lo que se gana es muy valioso: el cuerpo que no está agotado realizando largas digestiones posee grandes reservas de energía disponible, ya que lo que consume requiere de un proceso metabólico rápido. De este modo, la alimentación no sólo contribuye al bienestar físico sino también al mental: el sistema nervioso se encuentra más equilibrado (evitando cambios de ánimo) y no sufre picos de presión ni de estrés.

Elegir con el cerebro

Miriam aclara: "El hígado es el segundo cerebro que tenemos en el cuerpo humano. Cuando se agota, se descalcifica y se enferma". La consigna es clara: hay que elegir con el cerebro, pensando en nuestro hígado . ¿Y las tentaciones? Rechazar voluntariamente los adictivos sabores de la comida rápida, la pastelería mantecosa o las golosinas es todo un desafío, pero Miriam insiste en que es la herencia de hábitos la que conduce a un estilo de vida saludable: "Los chicos imitan lo que vos hacés. Desde que eran muy pequeños les expliqué a mis hijos por qué no debían comer determinadas cosas y lo entendieron. A mi hija mayor le encanta cocinar y el más chiquito ya tiene una conciencia desarrollada acerca de la alimentación: pidió en su escuela que vendan frutas".

Propiedades de los alimentos

Implementar pequeñas y progresivas mejoras en nuestro estilo de vida es posible. La alimentación saludable debe ser complementada con el cuidado físico y mental, a través de ejercicios y prácticas como la meditación, la respiración consciente y el yoga. Para empezar, es imprescindible conocer la composición de los alimentos, sus nutrientes y sus temporadas, para poder así planificar las comidas respetando los cuatro principios básicos de una nutrición inteligente: calidad, cantidad, armonía y adecuación.

A menudo encontramos en periódicos y revistas especializadas pirámides nutricionales que, con el tiempo, van modificando sus prioridades y proponiendo nuevas combinaciones de alimentos. La clave está en identificar los nutrientes básicos que el cuerpo necesita, buscarlos en los alimentos y saber cómo combinarlos y cocinarlos. Para Miriam, "son válidos los principios del Ayurveda como medicina preventiva, la alimentación Raw o viva si se busca el 100% de los nutrientes, la Macrobiótica para saber disociar los alimentos y la medicina tradicional China con su herbolaria, para tener la farmacia en casa".

Tips y verdades sobre alimentos sanos para tener en cuenta

  • Cuanto más pegado a la tierra esté el alimento, más saludable es . Los productos refinados no sólo pierden poder biológico: al ser procesados, poseen aditivos, colorantes, conservantes, esencias y saborizantes que generan dependencia y enfermedades.
  • Cuanto más variado es el Arco Iris de alimentos en el plato, más son los nutrientes que se incorporan.
  • Las cocciones cortas, las bajas temperaturas y los alimentos crudos bien higienizados mantienen vivas y activas sus propiedades nutritivas, haciendo que la ingesta provoque mayor saciedad.
  • Superalimentos que no pueden faltar en la alacena: spirulina, maca, cacao, miel, goyi, algarroba, polen. Aportan proteínas, son bactericidas y muy estimulantes.
  • Para cubrir la demanda diaria de ácidos grasos esenciales, consumir aceite de oliva extra virgen, aceite de canola, frutos secos, almendras, avellanas, nueces, coco y semillas.
  • Comer cinco raciones de fruta al día (no olvidar cítricos como el limón) y tres raciones de vegetales frescos (siempre uno verde): abastecen al cuerpo de minerales, calcio, magnesio, selenio, yodo, litio, vitaminas de toda clase y oligoelementos.
  • Las leguminosas como las lentejas, garbanzos, porotos aduki y los cereales como la avena, cebada, centeno y arroz yamani aportan fibra, vitaminas, hierro, potasio y aminoácidos.
  • La quínoa, el amaranto y el mijo son la comida del pasado que se comerá en el futuro.
  • Las algas kombu, Nori, Agar, Hiziki y Wakame poseen grandes cantidades de vitaminas y minerales y son poderosas quemadoras de grasa y alcalinizantes de la sangre.
  • Las aromáticas y especias tienen poderes medicinales y aceites esenciales curativos y preventivos: jengibre, orégano, perejil, romero, cilantro, tomillo y menta. El coriandro, la canela, la cúrcuma y la pimienta sirven para la cura de afecciones respiratorias.
  • Los vegetales fermentados como el chucrut, tempeh, miso, tofu, salsa de soja o ciruelas umeboshi regeneran y regulan la flora intestinal.
  • Las crucíferas como el brócoli, el coliflor y el repollito son alcalinizantes y depurativas.
  • La levadura en escamas posee vitamina B, que protege el sistema nervioso.
  • Los tés verde, blanco, bancha y rooibos son antioxidantes, alcalinizantes y poseen vitamina C, calcio y fósforo: elevan las defensas.
  • Las semillas cobran vida con sólo remojarlas: el lino, el sésamo, la chía y el girasol son fuentes de omega 3, calcio y vitaminas.
  • Reducir el consumo de papa: por la cantidad de almidón que posee es compleja para procesar.
  • Eliminar la sal, el azúcar, las harinas blancas refinadas y la margarina.
  • Preferir la stevia al azúcar, el yogur a la leche y las leches vegetales a las animales.

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Por Miriam Iconicoff | Bióloga, chef, técnica en salud y nutrición y docente